Leña de Espino...un sabor diferente para los asados.
El viernes planeamos un asado en casa de uno de mis amigos, como es de costumbre me tenía que hacer cargo de lo más importante: hacer el Asado. Dado que no era en mi casa lo primero que hice fue echar al auto un tronco de Espino no muy grande, pero muy seco . Cuando llegué a la casa de mi amigo él ya tenía el carbón a medio hacer. La carne era Lomo Vetado, unos medallones de unos 250 grs. además unos chorizos parrilleros y pollo. Lo primero que hice fue esperar que el carbón estuviera en su punto, después de esparcirlo en toda la parrilla puse el tronco de Espino en un costado. Inmediatamente después tomé la temperatura de las brazas y dispuse la parrilla a una altura adecuada para no quemar los alimentos. Lo primero que puse fue el pollo y luego de unos minutos los chirizos parrilleros. Esperé que se hicieran lentamente mientras conversaba una rica whiscola. A medida que el fuego iba cocinando lentamente todo, también comenzaba a salir un poco de humo del Espino. Cuando ya estaba casi listo el pollo y los chorizos, puse los trozos de carne, el Espino seguía echando un poco de humo (no deben permitir que salga llama). Una vez que la carne comenzó a transpirar sangre por la parte de arriba la di vuelta, ese es el mejor indicio de que la parte que se está asando esta en su punto. En ese mismo instante eché sal gruesa y esperaba que el otro lado, que recién ponía al fuego, permitiera que el lado asado transpirara un poco...el Espino seguía tirando un poco de humo. Finalmente todo estaba listo, en una gran fuente llevé todo a la mesa. Todo quedó exquisito, en su punto, con la sal justa y lo más importante un sabor distinto, algo así como un poco ahumado de leña de Espino.