Fiesta de la Vendimia de Colchagua, Santa Cruz 2008
El sábado 15 de marzo fuimos en grupito a la Fiesta de la Vendimia de Santa Cruz.
Me gusta ser parte de una fiesta ya tradicional, poder tomarle el pulso a la celebración, pero en el actual formato esto ya no da para más. Y eso que AL FIN este año abrieron una de las calles para la comida y gracias a ello no había tanto hacinamiento de stands - curados - cuicos-huasos-al-peo - gringos - amantes-de-la-buena-vida. Pero sinceramente pienso que dos vendimias más y la pobre plaza de Santa Cruz revienta.
Más allá de que me encanta la fiesta (lo recalco para que no me tachen de comentario destructivo), siento que le falta muuuucho para destacarse como un evento inolvidable o como algo que de verdad sea un aporte.
En primer lugar, da mucha lata que, salvo honrosas excepciones, todas las viñasponen en el stand los mismos vinos que cualquier cristiano encuentra en supermercados. Si estamos en la fiesta del vino, deberían al menos mostrar una que otra novedad o sacarse los cocodrilitos y mostrarnos algo diferente como para que uno se vaya educando ¿no?
Pero dale con descorchar, por ejemplo, la archiconocida línea Secreto de Viu Manent y mostrar detrasito, como que no quiere la cosa, una botella más "cariñosa", pero que no se abre ni aunque la Bachelet estuviera con una copa al frente. No po, así no vale.
Y no digo que nos den el vino al mismo precio, pero yo pagaría gustosa un poco más por los tickets para probar la última chupá del mate o vinos que mi cocodrilo personal no me permite comprar a menos que los haya probado antes y sepa a lo que voy.
Nadie puede:
-Que Espíritu de Colchagua casi hayan doblado el precio de los licores. Se creyeron el cuento.
-Que la venta de vinos en el hotel Santa Cruz haya subido de precio. ¡Antes era conveniente!
-Que no haya NADIE que limpie las mesas donde la gente come cerca del escenario. Había una mesa que era el basurero, donde todos ponían la basura y los platos sucios. Ni les cuento el mosquerío.
-Que algunas viñas dieran un cuarto de copa (¡qué amarretes!)
-Que las únicas actividades sean en el minúsculo escenario central. Hay que matar a 20 para ver algo. Tampoco vale mucho la pena ver, la verdad...
-Hacer dos colas, uno para pagar los tickets y la copa y otra para recibirla (valorrr).
-Que en algunos stands hubiera vino de Mendoza. Nada en contra del Malbec argentino, pero ¿no es la fiesta de Colchagua?
Hace varias vendimias estoy picada porque no hay más que hacer durante el día que beber y comer. Y ver el lamentable intento de pisar la uva de la reina del año pasado (pobre) o escuchar finos comentarios de parte del locutor (horror). Debería haber alguna muestra artesanal tradicional (los collares de bisutería coreana no aplican, lo siento) donde los innumerables artesanos de Colchagua pudieran mostrar sus trabajos y no solamente lo que hace Marta Morrison con teatina y plata (gran valor, pero ¿no hay más gente que haga cosas valiosas?). ¿Qué cuesta cortar otra calle para este fin? A mí me encantaría ver el trabajo de más gente, porque todos los años me da la idea que están los mismos.
Debería haber cosas pequeñas, como cursitos express de cata, enseñar a bailar cueca a los niños, paseítos en carreta, concurso de la mejor empanada, el mejor traje de huaso, qué se yo, muestra de cantores a lo divino, humano, payadores, etc., etc. No es cosa de plata, sino de dar espacio a ideas.
Y por favor, no pongan en loop "tieeeerraaaa, que bonita es mi tierraaaa...". Muuuuusho. Vayan a Lolol y lleven a Gabriel Morales, que toca música de Colchagua de verdad, entre muchos otros cultores, que le darían más valor a la fiesta
Valió la pena:
- Ver que con todo lo repetitivo y lo que falta, igual se llena de gente entusiasta.
- Las empanadas de queso de cabra y rúcula de uno de los stands. Me comí una y con repetición.
- Las churrascas con pebre de otro stand, buenísimas, cocidas en la parrilla.
- Los blend de viña Estampa que cada año encuentro más ricos. Hay uno con petit syrah increíble (y a 3 lucas).
- El Reserva Cabernet Sauvingon 2005 de Hacienda Araucano. Me encantó.
Con una renovada esta fiesta puede prender aún más, no la dejen morir porque chiste repetido sale podrido!