Emilio, con gusto a moda.
Sin saber realmente como empezar este comentario y aún con una sensación extraña y a riesgo de seguramente disentir con la crítica especializada va nuestra experiencia como ciudadanos comunes y corrientes en el Emilio, restaurant ubicado en Monseñor de Balaguer...junto al gimnasio Balthus.
Emilio y C son 2 restaurantes casi recién inaugurados (de hecho están en marcha blanca), corresponden a una sociedad entre Emilio Peschiera (El otro Sitio), Christopher Carpentier y un señor Hiller, con mucha plata y muchos restaurantes..... El tema es que ambos conforman algo así como un micro polo gastronómico de la zona, que también tiene una tienda de cosas ricas (Balaguer se llama) y ofrecerán además otras atracciones.
Como está de moda, siempre está lleno, por lo que reservar mesa con un par de días de anticipación es un paso imprescindible. La decoración el minimalista, pro agogedora y vanguardista, todo a la vez. Tiene mobiliario de madera en líneas modernas, un gran ventanal que cruza toda la pared y toques de color otorgados por luces de tonos cambiantes dispuestas frente a la barra de tragos iluminando las botellas a veces de color azul, otras en tonos verdes y así.... Mientras tantos observas la amplia cocina con muchos chefs con esos gorros de papel típicos de los chef, también hay muchos y serviciales garzones y un omnipresente y delgado Emilio Peschiera en persona coordinando, saludando y observandolo todo.... y no es para menos si pensamos que este restaurante es la joya de los que ya tiene, los conocidos y riquísimos Otro Sitio, en donde los cebiches, los pisco sour y suspiro limeños no tienen igual....
En fin, un atento mozo nos ofreció la carta, que era un tríptico de gran formato, forrado en materiales naturales. Variedades de entradas, ensaladas, sopas y fondos la componían.... nos ofreció, para empezar un aperitivo y aunque no recibimos una carta con los tragos, acccedimos a un pisco sour en vaso, muy generoso y fuerte y a un amaretto sour, como ya es costumbre. Rápidamente nos trajeron pancitos calientes (se agradece) y unos pocillo con moños de mantequilla en 3 versiones: sola, con rocotto y pimentón y otra con aceitunas y cilantro. Cabe señalar que cuando te comes el pan, lo reponen rápidamente con pinzas y retirando las migas o restos de tu plato, ohh!!!. Cabe destacar servilletas de tela en gran formato.... grandes, y suaves....como debe ser, aunque un par de servilletas de papel hubieran sido muy útiles para secar el brillo del lapiz labial...
Partimos con una entrada para compartir que eran un trío de cebiches...y que llegó antes de acabar con el picoteo....El trío consistía en un 3 pocillos de vidrio en tonos café, uno con 3 ostiones...(sí amigos 3 ostiones...).., otro con cubitos de pescado blando en cantidad un poco más normal y en una marinada bastante rica, y un tercero con 3 láminas de pulpo en una salsa sin sabor.....al terminar (con esas pequeña porciones no nos tardamos demasiado), llegaron nustros platos fuertes.... al menos así pensamos.... el coto optó por unos fettuchini de 2 colores con ostiones, camarones centolla y láminas de palta....Sonaba bonito.....y yo elegí los ravioles rellenos con champiñones y una salsa como de tomates desidratados. Nos ofrecieron vino, en botella y también por copa....., que rechazamos por tener aún casi la totalidad de los aperitivos que no alcanzamos a beber....
La decepción fue máxima al recibir una plato muy lindo, que el mozo se encargó de ubicar cuidando que el logo quedara en la parte superior frente al comensal...con elegantes, vanguardistas y escasos 5 ravioles, con forma de empanadita pero 5 al fin y al cabo.......creo que nunca había masacrado tanto la pasta para hacerla durar!!! Los fetucchini destacaban con un real y fresco sabor a mariscos, nada que decir de eso, pero los cararones centolla y ostiones realmente de mínimo calibre y presencia. Recordamos los del Ky, que eran harto más grandes y abundantes que los que teníamos enfrente....y pensar que nos los supimos valorar....
Sin mucho trámite llegamos al postre, que tampoco estaba en una carta...como el restaurant está en marcha blanca....sólo disponen de una degustación de postres....a la que claramente (y con el apetito aún presente) debimos aceptar.
Sin demora, llegó nuestro postre. Un plato amplio con cuadritos de nos más de 3 cm por lado...un copita con lo que sería un suspiro limeño en versión elegante en base de jalea al oporto, pero sin la gracia del suspiro limeño de verdad , un triangulo de chocolate muy rico, un bocado de algo con frutos, eran bolitas moradas con sabor como a remedio.... y otro en tonos amarillos francamente sin sabor.
Cuando llegamos a las 21:30 prácticamente el lugar estaba vacío, sólo había 3 mesas ocupadas sin embargo, ya cerca de las 11, estaba lleno. Nos soprendimos con mesas con grupos de harta gente, la nuetra era una de las no más de 3 mesas con 2 personas...Los grupos bastante heterogéneos en términos de look y de edad no así de bolsillo, incluso había grupos con niños pequeños....a esa hora y con el frío y con los precios!!!!.... bueno, mientras nos traían la cuenta....con el Coto captamos que se habían equivocado al entregarnos la carta, la mía tenía los precios y la de él no....Crasso error!!!. La cuenta salió por algo así como $43.000. Recién ahí vimos que los piscos costaban $3.500 c/u y el postre como $5.000. La atención rápida, atenta y servicial, el lugar muy lindo simple y vanguardista, la comida en verdad inferior a lo esperado.
Precios similares habíamos pagado en otros lugares y aunque en muchos casos, también en porciones pequeñas, al menos tenían sabores inolvidables y al final de la experiencia podíamos asociar algo característico que se nos quedaba en la retina y en el paladar.....como el suspiro limeño del Otro Sitio, o mousse de chocolate inolvidable del Nolita, las pastas deliciosas de Da Noi..... l, el cebiche del Loberías del Sur, los ahora entrañables camarones del Ky..... la degustación de postres y la calidad de La Brasserie del Europeo...la simpleza y calidez de La Pasta en el Quisco..... y así tantos otros.... pero acá.... la sensación fue de haber pagado la moda y la vanguardia.... sólo eso, como que tanto refinamiento a los ingredientes, finalmente le quitó el sabor.
Emilio: Monseñor Escrivá de Balaguer 5970. Fono: 3556900.-
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Comentarios:
Hola Felipe y Hola Fran, es
hola, yo trabaje en emilio y
Habiendo escuchado buenos
