De paseo en las Termas de Cauquenes

Escrito por: pola y coto
F01 Ene 2010
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A pesar del fin de semana largo nos quedamos en Stgo. ya que atinamos a última hora y cuando quisimos reservar algo, ya estaba todo lleno. Así es que optamos por el plan B: salir por el día a algún lugar cercano a Stgo. Destino elegido: las termas de Cauquenes, sabíamos que su gastronomía (René y Sabine Aklin), tenía unos premios y reconocimientos como la mejor cocina de regiones así es que sumado con las aguas termales, no nos pudimos resistir. Las Termas están en Rancagua, accediendo por la ruta hacia el Mineral El Teniente, hacia la cordillera.

Calculamos salir tipín 11:00 AM para llegar a almorzar  y después a darnos unos chapuzones en la piscina techada temperada que esperabamos encontrar. No conocíamos el lugar. Llevamos un par de mochilas con lo mínimo para cambiarnos allá. El primer percance… el taco hacia el peaje de Angostura… 3 horas y media más tarde llegamos a las termas en un viaje calculado para no más de 1 hora y media. Después de subir bajar un par de cerros, con los oídos tapados pero con un lindo paisaje como suele suceder en las alturas, llegamos al hotel. Muertos de hambre y bastante agotados con el taco, en Recepción nos indicaron que por la hora ya no había servicio de almuerzo… Plop!, pero nos invitaron a recorrer y conocer el lugar. Con el hambre que traíamos fuimos igual directo al restaurant, por si acaso…y nos fue bien…pero costó y harto. 

Entender sistema del menú fue todo un tema, la carta estaba sin precio y no sabíamos cómo pedir…ya que se veía también un buffet con ensaladas. La asesoría de los garzones fue más que deficiente aunque reconocimos los intentos por darnos un buen servicio. Quince minutos después de estar sentados recién captamos el sistema. Era un menú completo com varias alternativas de entradas, sopas, platos de fondo, postres, té-café aguas… Como alternativa al plato de fondo podías elegir el buffet de ensaladas (con cero atractivo, la verdad). También tienen un menú vegetariano. Es un menú abundante y a precios muy razonables: Menú completo $12.000 por persona.  Un solo plato a $6.500.- la comida es rica y refinada, aunque mantiene la esencia campestre y platos normales: pescado frito del día (ese día había congrio), tallarines caseros (amasados por ellos)…. Pero igual encuentras filete a la inglesa (de verdad), y otros platos franceses y de autor. El servicio: nos tocó personal inexperto y desinformado, al punto de no reconocer el aceite de oliva que estaba en la alcuza y asegurarnos que no tenía. En materia de comidas: Mención especial a las espinacas con sabor ahumado que compañaban los platos que pedimos, muy ricas y al vinagre de vino de verdad… ahhh  y a los postres caseros… el helado cremoso e intenso y unos buñuelos de manzana como de las abuelas. Nota: después de comer vayan a recorrer los alrededores, hay un puente colgante y senderos para caminar…. Y bajar la guatita del almuerzo.

 

 

El hotel como tal es muy antiguo,  como casona de campo en la que los dormitorios confluyen hacia el patio rectangular. Los pabellones termales están en un edificio contiguo que parece una iglesia. Para llegar a las tinas hay que bajar muchísimos y muy fríos escalones donde puedes sentir el olor a azufre y minerales. Tiene muchas piezas con tinas individuales tipo privados, que se requieren ser reservados previamente para su uso. El costo de $6.000 p/persona. Son tinas de mármol, y el lugar es mudo, frío y sepulcral, sin ninguna calidez a pesar de los coloridos vitrales del aceso. También hay unas tinas para 2 personas a $12.000.- Mi papá se acordaba de haber ido hace muchos años y al parecer, en los dormitorios habría también tinas con acceso a agua termal, no supimos si se mantiene aún. El hotel tiene también una pìscinal exterior sin costo, sólo para los pasajeros del hotel. También bajando muchos escalones. Piscina techada-temperada no hay. El lugar se nota que se quedó en el pasado, con lo bueno y lo malo que eso implica, y es una lástima. Hay cero bulla pero también mínimo atractivo. Estando tan cerca de Santiago sería el lugar ideal para una escapada reponedora si tuviera la modernidad de las termas del sur (de Jahuel, de Chillán,  de
la Araucanía) en materia de concepto y sobre todo de calidez. La cocina en cambio muy buena!!!.

 

Como paseo por el día y para ir a almorzar: Recomendable. Para ir a alojar… no tanto. Nota: no probamos los baños termales.

 

Tiene pág web: www.termasdecauquenes.cl

 

 

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Pola y Coto

Comentarios:

El ";In fraganti"; estará ubicado al final de Morandé casi esquina de Gral. Mackenna, (dos pasos cerca de Estación Mapocho). El ambiente combina tradición y vanguardismo. Cuenta además con un pequeño espacio para conversar. Buena carta. Se inaugura el jueves 4 de octubre. Un espacio maravilloso es La Signoría, atendido por su chef italiano que ofrece café y pasteles exquisitos. Ambiente retro por estar en una ex casona del barrio. Ubicado en Bellavista 211 casi esquina Loreto. Fono 8136591.Para la familia les recomiendo la comida tradicional chilena en El Novillero.

Buenisimo tu comentario, estoy planificando mis vacaciones al sur y tenia planeado comenzar relajandome en las termas, creo que solo visitare el parque y esperare hasta la zona de temuco por algo mejor. saludos

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