De paseo en las Termas de Cauquenes
A pesar del fin de semana largo nos quedamos en Stgo. ya que atinamos a última hora y cuando quisimos reservar algo, ya estaba todo lleno. Así es que optamos por el plan B: salir por el día a algún lugar cercano a Stgo. Destino elegido: las termas de Cauquenes, sabíamos que su gastronomía (René y Sabine Aklin), tenía unos premios y reconocimientos como la mejor cocina de regiones así es que sumado con las aguas termales, no nos pudimos resistir. Las Termas están en Rancagua, accediendo por la ruta hacia el Mineral El Teniente, hacia la cordillera.
Calculamos salir tipín 11:00 AM para llegar a almorzar y después a darnos unos chapuzones en la piscina techada temperada que esperabamos encontrar. No conocíamos el lugar. Llevamos un par de mochilas con lo mínimo para cambiarnos allá. El primer percance… el taco hacia el peaje de Angostura… 3 horas y media más tarde llegamos a las termas en un viaje calculado para no más de 1 hora y media. Después de subir bajar un par de cerros, con los oídos tapados pero con un lindo paisaje como suele suceder en las alturas, llegamos al hotel. Muertos de hambre y bastante agotados con el taco, en Recepción nos indicaron que por la hora ya no había servicio de almuerzo… Plop!, pero nos invitaron a recorrer y conocer el lugar. Con el hambre que traíamos fuimos igual directo al restaurant, por si acaso…y nos fue bien…pero costó y harto.
Entender sistema del menú fue todo un tema, la carta estaba sin precio y no sabíamos cómo pedir…ya que se veía también un buffet con ensaladas. La asesoría de los garzones fue más que deficiente aunque reconocimos los intentos por darnos un buen servicio. Quince minutos después de estar sentados recién captamos el sistema. Era un menú completo com varias alternativas de entradas, sopas, platos de fondo, postres, té-café aguas… Como alternativa al plato de fondo podías elegir el buffet de ensaladas (con cero atractivo, la verdad). También tienen un menú vegetariano. Es un menú abundante y a precios muy razonables: Menú completo $12.000 por persona. Un solo plato a $6.500.- la comida es rica y refinada, aunque mantiene la esencia campestre y platos normales: pescado frito del día (ese día había congrio), tallarines caseros (amasados por ellos)…. Pero igual encuentras filete a la inglesa (de verdad), y otros platos franceses y de autor. El servicio: nos tocó personal inexperto y desinformado, al punto de no reconocer el aceite de oliva que estaba en la alcuza y asegurarnos que no tenía. En materia de comidas: Mención especial a las espinacas con sabor ahumado que compañaban los platos que pedimos, muy ricas y al vinagre de vino de verdad… ahhh y a los postres caseros… el helado cremoso e intenso y unos buñuelos de manzana como de las abuelas. Nota: después de comer vayan a recorrer los alrededores, hay un puente colgante y senderos para caminar…. Y bajar la guatita del almuerzo.