Este fin de semana pasado fui a conocer esta tradicional picada porteña, donde se hacen las mejores chorrillanas del país.... o bueno, se hacían. El nombre de J. Cruz es conocido por muchos como el iniciador de las papas fritas, con la mezcla de carne, cebolla huevos. Para los que no sabían, eso es la chorrillana.
Si estás buscando un lugar de mantel largo y servicios de plata, definitivamente este no es el lugar. Acá encontrarás gente del pueblo, personas cotidianas, pescadores y alguno que otro turista perdido. El lugar es pequeño, deben entrar poco más de 50 personas, sentadas en mesas con manteles de plástico que de seguro deben tener tantos años como la caja registradora que marca pesos y centavos. Eramos dos y nos sentaron en una esquina, donde al poco rato se sentó otra pareja al lado, como para optimizar la mesa (recuerden, el lugar es chico). Rápidamente llegó el mozo, tomo el pedido de cerveza y chorrillana para 3 (para alguien bueno para comer como yo, una porción es poco). La cerveza llegó en dos minutos, pero la chorrillana se habrá demorado fácil unos 20 minutos, cantidad de tiempo que se hace eteeeeerna cuando uno está con hambre. Si el objetivo era que terminaramos la cerveza antes que llegara el plato y pedir otra, bueno, cumplieron su objetivo... como 3 veces! Pero bueno, me entretuve espantando las moscas que volaban por ahí, y bueno, disfrutando de la música folclórica del local.
Cabe destacar la decoración, llena de artilegios y adornos que resaltan por su antiguedad y, para aquella gente que supera los 50 años, son recuerdos de su niñez.
Cuando llegó el plato, el hambre que teníamos lo hizo sentir maravilloso, claro que después de unas cuantas servidas, notámos que la calidad no era tan buena. A ver, yo había venido a este lugar hacía menos de un año, y la chorrillana estaba increíble, pero esta vez la carne estaba dura y se sentía aneja. Pero aún así no puedo catalogar el plato de malo por una sola mala experiencia. Bueno, al menos pasaba el mal rato espantando las moscas que seguían volando por ahí.
En definitiva, siempre es bueno conocer picadas tradicionales y ultraconocidas como es el J Cruz, por último para decir: "estuve ahí, y me cargó". Pero bueno, no es mi caso, igual disfruto toda clase de experiencia. Y es probable que en alguna futura visita a Valparaíso vuelva a ir, claramente no en un futuro muy cercano....
