La piratería de los Habanos ha existido desde los orígenes del descubrimiento de América, dañando al consumidor y al amateur de este mundo.
Es cierto que parte de la fama mundial se logró con la ayuda de la piratería,
de esa forma podía llegar el tabaco cubano a lugares donde no llegaba la colonia española, ya sea por razones políticas o geográficas de la historia. Pero no es la misma piratería de hoy en día.
Quién no conoce a alguien que fue de luna de miel a Cuba o personalmente ha ido a
La Habana de vacaciones, y que en su retorno no haya traído Habanos de regalo, para consumo personal o para venderlos en Ebay o Mercadolibre.com. Una mala noticia para todos los que se hayan sentido identificados, seguramente son falsificaciones.
Si la respuesta de Uds. es que se los compró a un cubano que trabaja en la fábrica, también es una alta posibilidad que sean falsos, sin importar que me nombren al torcedor que me los hizo personalmente, pueden ser imitaciones.
En Cuba es tan fuerte el problema de falsificación como en otros países y el comprar Habanos a la mitad de precio, no nos hace “pillos” o “el chileno siempre gana”, porque de seguro que es al revés, y le ha pasado a personas que conozco.
En Chile el problema es algo mas descontrolado, al no haber una Casa del Habano o cultura tabacalera en los consumidores, todos quieren status, pero nadie está dispuesto a pagarlo, por eso que la piratería tiene un éxito tranquilo en el mercado, y es por esa razón, con más del 80% de los Habanos son falsos, la gente al saber de ellos los encuentran hediondos y de mal aspecto. Piensen que le agregan hasta hojas de plátano en algunos casos.
Espero que el pensamiento de pagar menos por Habanos, es decir, sacar la vuelta se acabé pronto y si tienen la posibilidad de viajar a Cuba o algún conocido que vaya para
La Habana, por favor no caiga en comprar falsos, vaya directamente a una Casa del Habano y se acordará de mi cuando fume su Habano.
En una segunda edición les pondré datos y fotografías para que se les sea más fácil identificar los que no son Habanos, porque créame en algunos, son sólo detalles los que hacen la diferencia.