Estimados:
Al parecer, dada la rabia de mi señora por los precios y poca cantidad del Matsuri, tuve que hacer la del picado y llevarla a comer al europeo.
Desde el año 2004 que no iba y la verdad es que, desde aquel tiempo a la fecha, se han producido algunas variaciones. No todas son positivas.
La primera variación está en la eliminación de la antigua Brassierie. Lugar bastante más informal y donde, igualmente, se comía una cocina con excelencia en su materia prima. (cuisine du marché) .
La segunda variación, es lo extremadamente siutico del lugar. Basta con comentar que el tipo que tienen de pseudo maitre no sonrió, no nos dijo nada, al tener que descorchar y servirnos un vino que yo lleve y que tuve que pagar, una vez más, la defraudatoria suma de $ 10.000. Esto debe ser porque el Suizo Carlos Meyer, su dueño, es descendiente de lpaís donde menos se rie en el mundo. Noté un ambiente demasiado empaquetado y con unos garzones que pecaban en la soberbia del solo hecho de saber que trabajan para el mejor restaurant de Chile.
Y, finalmente, la variación que ha tenido mayor injerencia en pensar que el europeo ya no es el indiscutido. Desde el año 2004 a la fecha, han abierto sus puertas 4 restaurantes que le están haciendo la tarea demasiado difícil alamito Meyer: Sukalde, Puerto Fuy, Adra y Nolita. (Boragó no lo conozco aún). Da para meditar.
Respecto a los comentarios de su cocina, atención y al Folly 2004 que bebimos, creo que merece otra tanda.
SALUDos
