INVITRO vale la pena probarlo

Ya son 4 las veces que he ido al Invitro y creo que me encuentro en condiciones de comentarlo. El lugar tiene una decoración acogedora y cómoda lo que hace que sea un agrado instalarse. Los tragos son de primera calidad, tamaño como los de antes (no en esos vasos angostos que se utilizan ahora), también tienen una variedad de preparados bastante innovadores y sabrosos. La atención por intención no se queda pero les falta mucha prolijidad, se le olvidan las servilletas, entregar cartas, ofrecer postres, retirar vasos desocupados, etc. En el fondo no es un problema por el grato ambiente. Sobre la comida tengo dos opiniones, he probado la tabla para dos y un plato. Sobre la tabla, presentación excelente, sabor perfecto, cantidad regular, temperatura mal. (Ésta era de mariscos). El plato, excelente, un rissoto con pato de primer nivel.

Observación al margen, el chef lo he visto repetidas veces en mesas de comensales lo que en un principio pareciera como una medida de “marketeo” pero en el fondo son amigos y familiares que lo visitan y a mi parecer hacen sentir al resto como invitados de segunda clase en su restaurante.