Los Pelos en la Comida
Hace poco estuve leyendo varios articulos de LBV y en mucho de los reclamos hacia los restaurants era que hayaban pelos en su comida. Unos lo hayaban desagradable y otros mas bien no les importaba y lo dejaban de lado. Me llevo a pensar una pequeña reflexion para que la pensemos un poco.
Y entonces... llega ese plato con carne y puré que pediste con grangusto, te lo trae el mesero y te desea buen provecho. Comienzas a comer cuando derepente ves aquel ingrediente negro-oscuro y delgado que no estaba en el menú…un pelo! O armas un escándalo o piensas un par de segundos y analizas laprocedencia del pelo. La gran mayoría ya estaría pidiendo un cambio de plato.
Nuestra sociedad martiriza hallar pelos dentro del alimentoservido, puesto que se considera como poco higiénico, insalubre y hasta asqueroso.Primeramente es desagradable a la vista y más aun al paladar, ya que no sedeshace como algodón de azúcar, permanece al interior hasta que nos percatamosde su singular textura mientras vemos como lo sacamos con nauseas de nuestraboca. Puede que muchos animales estén capacitados para ingerirlos, pero en elser humano es un ingrediente que no incluiría en su dieta, por simple cultura.
Lo primero que se nos viene a la cabeza (irónicamente) es dedonde viene ese cabello. Será del cocinero? Según estadísticas hoteleras, sonculpables en el 20% de los casos. Sesupone que usan gorros de protección y su cabellera es generalmente corta. Peroun detalle nos invade… el gorro solo protege los pelos de la cabeza. Que sucedecon las pestañas y las cejas? Se supone que son de buena suerte pero no en unplato. Es muy común hallar estos minúsculos pelos en los guisos ya que son mássusceptibles a caerse puesto que están expuestos a roses con las manos. Y queme dicen de la barba y los bigotes? Afortunadamente su raíz es mucho másresistente que los mismos pelos de la cabeza, por ende su probabilidad esinferior.
Si ya dedujimos que no era del cocinero, será entonces del garzóno mesero? Generalmente andan con gel o gomina por lo que sus pelos están bienprotegidos. La normas hoteleras así lo dictan además de que si son de cabelloslargos deben tenerlo amarrado. Aun así resultan estar en segundo lugar con un30% de los casos.
A quien culpamos entonces? Al anfitrión, barman, otraspersonas? Los “otros” tienen un 5% de probabilidad. Es entonces cuando culpamosal mismo cliente.
Así sucede, según estadísticas, en restaurants el 45% de loscasos de pelos en la comida suele ser de los mismos clientes que comen.Simplemente no se dan cuenta de su cabellera o de aquellas pestañas que caenmientras disfrutan de la copa de tinto. Puede que suene irónico pero nisiquiera la misma persona se va a cerciorar de que si era suyo o no, el reclamoes casi inmediato y empieza la polémica. Ahora, si supuestamente es insalubre,es grave ingerir un pelo?
El cabello humano está formado por proteínas, principalmentepor queratina (mismo componente del caparazón de los crustáceos) además deencontrar melanina y otros componentes más. Pero ya sabemos que es una proteínamas, como la que consumimos de la carne. Si de extrema casualidad ingerimos unpelo… nada nos hará puesto que es otra nutriente más y el cuerpo se encargaráde digerirla. Si es así, es nutritivo? Pues claro, ya que las proteínas estánformadas por aminoácidos esenciales los cuales harían bien a nuestro sistema.Bueno, tampoco hablamos de consumir un plato de pelos pero ya sabemos que nonos intoxicará. Es más, una empresa China llamada Xinshengyuanha sido capaz de crear un sustituto de salsa de soya usando pelohumano. Dicen usar más de 10 toneladas de cabello para preparar estesustancioso ingrediente asegurando que es no es nocivo para la salud, esnutritivo y barato.
Lo grave es todo lo que podamos asociar al contenido extrade los pelos, llámese grasa, sebo, caspa, hasta piojos. Estos últimos muy pocoprobables ya que son más notorios. Pero los otros componentes si estuvieran, noserian tan graves puesto que no abarcarían más de la mitad de un pelo, yestamos hablando de un pelo! Imaginemos su superficie de contacto. Casi nada.
Sencillamente, seguirá siendo un concepto netamente decostumbres y cultura, además de que son mal vistos en un negocio y un pelo escapaz de cerrar un restaurant. A tanto ha llegado elpánico y culpa que handiseñado un sistema “anti-caída” en Japón, como lo muestra en la foto. Pero,solo nos protege la cabeza.
A final de cuentas, todo depende de uno. Si en el plato nosvuelve a salir otro, elegimos entre que nos dé nauseas, reclamar, ingerirlo osimplemente dejarlo de lado, no hacer escándalo y continuar disfrutando de lacomida.
Fuente de: Cinco Noticias y imchef.org