Vuelve a enamorarte del ajo
No sólo el conde Drácula y los vampiros le huyen al ajo; ¿cuántas veces hemos prescindido de este pequeño y poderoso bulbo en alguna receta por temor a que lo repitiéramos, nos provocara mal aliento o nos dejara un inconfundible olor en las manos? Pero estos sencillos trucos nos harán caer rendidos nuevamente a sus pies.
El ajo y el estómago: Si eres de los que repites el ajo, es tan sencillo como cortarlo de forma longitudinal y despojarle del germen.
Mal aliento: Para evitar el mal aliento que te puede provocar come una manzana, un clavo de olor, o cáscara de naranja. También es eficaz masticar una ramita de perejil o menta. Curiosamente hay que evitar beber vino blanco porque refuerza el sabor del ajo.
Olor en las manos: En el caso de que después de cortarlo tus manos hayan quedado impregnadas de un fuerte olor, es infalible frotártelas bien con una cuchara o una hoja de lechuga y luego lavarte con agua tibia y jabón.
Cómo pelarlos: Si te resulta difícil pelarlos, dales un pequeño golpe de efecto con la hoja del cuchillo o ponlos unos segundos en agua hirviendo, la piel saldrá de forma inmediata.
Cómo cocerlos: A la hora de rehogarlos o freírlos jamás los quemes, porque darán a tu plato un sabor amargo.
Beneficios medicinales: Si todavía sientes resquemor a la hora de comerlos, sus propiedades medicinales probadas en el tratamiento de los catarros o los beneficios para el funcionamiento del corazón y la circulación sanguínea pueden convencerte del todo.