3 peces, mucho ruido pocas nueces

Todo el mundo habla de este restaurant, los medios, fotos en instagram, FaceBook, hasta estuvieron en Ñam exponiendo... es el restaurante de moda de Valparaíso. ¿No has escuchado de él? vas a tener que leer mas, y salir a ventearte mas seguido.

Como buen restaurant que está en boca de todos, está siempre lleno. Hay que ir temprano si quieres ir, porque es chico, y no hacen reservas. Tómatelo con paciencia, o definitivamente vas a pasar un mal rato. Olvídate de ir con un coche de guaguas.

Nosotros optamos por el primer camino, llegar temprano: agarramos la última mesa grande que había, después de eso la gente llegaba y se iba. El lugar es bien cool, con un patio interior, murallas a la vista, terraza con vista a la bahía, fotos de los pescadores y mariscadores a los cuales les compran directamente los productos, que son recolectados con metodos de pesca sustentable, y en temporada. Esto lo convierte en el primer restaurant de pesca responsable del puerto. Esto es lo que le ha dado tanta buena prensa y difusión, y claro, es una razón potente, socialmente loable. El problema es que hay que acompañar el discurso con la atención a clientes y la cocina, solo el discurso no da el ancho.

En la oportunidad que fuimos la atención fue derechamente mala, no había nadie en la puerta recibiendo a los comensales, por último para decirles que no hay mesas y que vuelvan después, lo cortés no quita lo valiente decía mi abuela. La carta se demoró en llegar, pero no hubo espacio para las preguntas, la moza estaba muy atareada con otras mesas, por lo que arrancó rapidamente. En la segunda oportunidad que aleteamos para nos pescara pudimos pedir, dos pisco sour (nada notable), y los platos: caldillo de congrio, erizos en salsa verde, albacora a la parrilla, croquetas de sierra. Tuvimos que mirar lo que decía la pizarra del bar para saber cuales eran los vinos disponibles, la moza no se los sabía.

Se demoraron en llegar los platos, primero los erizos, grandes, bonitos, pocos, y bien presentados, la salsa verde era solo cebolla cortada en cuadritos, sin aliño, y algun pedacito de perejil perdido en el medio. En rigor, aunque no lo pareciera, la salsa verde no era mas que un adorno, si te lo intentabas comer arruinaba el sabor de los erizos, porque era pura cebolla. La albacora, no estaba en su punto, sin estar seca. El caldillo bien, nada para volvese loco, las croquetas sin mucha gracia. En definitiva, platos correctos, preparaciones básicas, cocina que no se complica agregando innovaciones a la carta, ni nuevos sabores, cero riesgo. Estan en todo su derecho, el problema es que el discurso da para mucho mas, atrae gente, medios, etc. y las expectativas juegan en contra, sobre todo con el mal servicio. Espero mejoren.