Xampanyet
Hace algunos días, quise retroceder el tiempo y volver a mis lugares carretiles de universitaria y a aquellas bacanales zonas en las cuales uno iba a gastar sus primeros sueldos cuando llegaba el fin de mes.
Recordé que había un lugar en Providencia, característico por su cabeza metálica de rinoceronte en la entrada, que era de visita frecuente en aquellos años, 2000-2002 para ser exactos: El Xampanyet de General Salvo. En aquel tiempo, íbamos con mis amigas y reservábamos la oficina, un semiprivado en donde celebrábamos cumpleaños y demases.
Entonces el viernes pasado, llamé para reservarla e invitar a unos amigos. Lamentablemente, estaba pedida. Pero igualmente reservé una mesa.
Llegamos allá y para nuestro agrado la carta era muchísimo más variada que en aquellos solteros años mozos. Fuimos muy bien atendidos. Había variedades de rolls con precios entre $3000 y $4500 las 8 piezas, sandwiches a $3000 promedio, appetizers y platos preparados a precio promedio y tablas gigantes entre $9000 y $10000.
Comenzamos pidiendo los tragos. La carta tenía al menos 100 variedades preparados con los licores tradicionales. En la carta están escritos con rojo los que son a mitad de precio. El happy hour era hasta las 11:00, así que comenzamos pidiendo tragos tradicionales para no perder la costumbre.
La característica de este local ha sido a través de los años, el tamaño de sus tragos. Todos los vasos son grandes, más altos que un vaso piscolero, e independiente de lo que contengan todos van llenos al tope.
Probamos tragos nuevos como la Mandarinoska, muy rico! y comimos rolls de palta con mi amiga, los cuales estaban con buen sabor aunque no tan armados y los hombres comieron sandwichs de pollo y hamburguesa casera. Al rato, pedimos una tabla marina bastante contundente y algunos repetimos los tragos u optamos ya por la bebida. A esa hora, todos ya éramos hermanos.
La cuenta final fue de $35400 y con propina, $38000. Lo único malo de todo fue nosotros andábamos tan eufóricos, que pensamos que los $38000 era el total... así que dejamos un cheque por $41000. He ahí la explicación de lo agradecido y feliz que estaba el simpático garzón, quien se llevó una propina de $6000.
Es un muy buen lugar para ir con amigos. Y además, bastante económico y variado. Lo mejor: al otro día no dolía la cabeza.
Saludos a todos.