Viaje Gastronomico
por cocinero rox
Los grandes culpables de que hoy yo sea un cocinero son mis padres, quienes en la década de los 80 salian muy seguido a degustar diversos platos junto a mi hermana y yo.
En esa época,aun eramos unos pendex revoltosos -que poco sabíamos de sabores y texturas- y lo único que esperabamos de esas reuniones de adultos, era terminar luego para pedir pronto el postre y luego seguir zangoloteando por las inmediaciones de los restaurantes, mientras mis padres y sus amigos iniciaban una larga sobremesa.
Esas instancias fueron muy repetidas mientras yo era pequeño.Con el paso del tiempo me trasformé en un niño muy observador y como los temas de las sobre mesas no eran de mi interes, no haye nada mejor que dejar a los viejos conversar tranquilos y salir corrorriendo a las immediaciones de las cocinas y de esa forma espiar a quienes ahí trabajaban.
La primera vez que lo hice me encantó , no dejaba de interrogar r a los cocineros e incluso recuerdo a un Chef asiático que hablaba poco español lo cual me causó mucha risa. Sin duda el hecho que más me impactó en mis primeros “Tours Gastronómicos”, fueron las llamas que nacíande un sartén y creacían casi hasta tocar el techo, desprendiendo una luminosidad increible y un agradable aroma que me sedujo por completo.
Segui creciendo y ya como a los 10 años, comencé a experimentar recetas básica, en la cocina de mi casa. Hacía queques, sopas, meregues, galletas o alguna otra receta que saliera al reverso de las Maizenas, para luego invitar a mis amigos a degustarlos y despues salir a jugar a la pelota.
Ya más grande, en la enzeñanza media a mis compañero siempre les dije que iba a estudiar cocina y que queria ser chef, todo el mundo lo tenía claro, menos “los culpables”. Bueno, llego el momento en que tenia que decidirme por una carrera y adivinen: El periodismo se cruzó en mi camino, menos mal que mi vocación gastronómica se impuso, de lo contrario, estaria de notero en SQP.
La verdad es que por un rato se me olvido la idea loca de estudiar cocina, mi destino seria ser un periodista. Ya estaba todo decidido y hablado en familia, pero dos semanas antes de matricularme, senté a mis padres y les dije “cara de palta” que queria estudiar cocina y que su hijo no seguiria una carrera convencional. Nunca olvidaré sus tremendas caras de asombro y el sermón del porte de un atun que me dieron, acompañado de las potentes amenazas de que si me arrepentia de la desicion tomada iba a ser yo el que me pagaría la carrera. Habia salido con la mia y ya estaba todo dicho, “Pablito” estudiaria Gastronomia.