Un restaurante es bueno cuando?.
Parece fácil la pregunta en un principio, pero si tenemos que definirlo en letras, léase un artículo o “post” como nos estamos acostumbrando a decir, parece que la cosa se complica.
Veamos las preferidas mías: Para MI un restaurante es bueno cuando: Cuando menciono “olor”, también incluye decoración y luz. Por otro lado, cuando he ido al Puerto Fui o al Europeo, nunca he sentido olores a comida o la música ha estado muy fuerte. Todo exceso es malo, pero una gran falta en los restaurantes chilenos es el tener que llamar o “cazar” al camarero, lo que lamentablemente es recurrente. Si dos personas tienen las cartas cerradas sobre la mesa, es que ya las leyeron y pueden pedir algo; es desagradable tener que aletear para que vengan a la mesa, más aún si cuando llegan la respuesta es “le llamo a su garzón”. Si la copa está media, deben rellenarla, no es necesario preguntar “¿quiere más?”, el cliente no debe tener que pedir, el camarero debe hacer su pega, que es servir. Si no hay algo, el camarero debe saberlo con anticipación; si pedí mi carne “a punto”, debe llegar a punto; si hay sólo un congrio en la cocina, mejor que me cambie el pedido antes de tener que ir y regresar a conversar conmigo cuando se me está haciendo agua la boca pensando en el pescado. Que ese conocimiento se demuestre al momento del pedido, no al momento de la cuenta debiera ser un requisito de ingreso al salón de las personas que trabajan en él. Leer “Don Melchor” en una carta de parrilladas es irrisorio, tal como lo es leer “Doña Dominga” en las cartas de Por otro lado y quizás mucho más importante, creo que todos sabemos cada día más de vinos (o me gusta pensarlo así), por lo que la multiplicación simple del precio de costo por tres o cuatro como factor, es una política de asignación de precios prehistórica y demencial. 5.- Un regalito nunca es malo Un “cariñito” siempre es sinónimo de sorpresa y buen pasar, pero que sea un apetizer antes de empezar a comer, media copa de un vino que está en degustación (sin promotores tediosos), un sorbet o algo entre comidas para limpiar la boca… un “algo”, algo entretenido, creativo y fuera de lo común. Eso es lo que pido. 6.- Los baños Que exista el adminículo necesario para lavarse y secarse las manos sin mojarse a ropa y que no esté resbaloso (de preferencia una ventana). Las personas que trabajan en servicio deben tener actitud de servicio: deben saludar, sonreír y despedirse. Nadie pide lo casi odioso del Ritz que a cada diez segundos alguien te pregunta “¿todo bien?”, que casi no te deja comer en paz (créanme, eso pasa en todos los Ritz del planeta), pero a lo menos que te abran la puerta, que ayuden con la silla a la mujer, que salgan y pidan un taxi, que se preocupen por tus necesidades sin tener uno que señalarla explícitamente. No importa como lo pasé de bien ayer, si hoy mi estomago me pide a gritos antiespasmódicos, significa que no vuelvo más al restaurante. Un abrazo