El pasado finde, andando de shopping con mi madre y hermana, nos venció el hambre y decidimos almorzar en algún lugar de este Mall, a pesar de mi declarada adversión a comer en cualquier mall de cualquier parte. Descontado el patio de comida rápida por principio, nos aventuramos a la terraza a ver qué ofrecía este recién inaugurado espacio. En un rápido recorrido visual, divisamos sucursales del Ruby Tuesday, El Otro Sitio, Sushihanna, Santa Brasa y un boliche llamado Open. Decidimos entrar a éste, pero luego de ser avisados que no contaban con Red Compra y constatar que nada de la escuálida e inconexa carta (pizzas, pinchos, sandwichs) nos tentaba, nos excusamos, paramos y fuimos a buscar otro lugar. El Otro Sitio aún estaba cerrado, por lo que nos decidimos por el Ruby Tuesday. Al sentarnos nos advirtieron que sólo habían ensaladas, lo cual no fue tan terrible ya que era lo que teníamos en mente. LLegaron 3 Abocado Salad con sus respectivos jugos de melón y frutilla. Todo muy bien, almorzamos, pedimos la cuenta y antes de irnos se me ocurre preguntar por el baño. Ahí comenzó lo malo, ya que me dijeron que como recién estaban empezando a funcionar, aún no tenían los baños habilitados... pero que si quería habían unos bien cerca, entrando al patio de comidas a la derecha. Con evidente molestia por tamaña incoherencia, pero sin otra alternativa, me dirijí al lugar indicado. Peor aún fue mi sorpresa al constatar el horrible estado de esos baños: puertas con chapa mala, inodoros colapsados, suciedad en los pisos, etc. En mi cúmulo de prejuicios, siempre pensé que ese estado de los baños era esperable en otros sectores de Santiago, pero nunca en pleno corazón consumista de Las Condes. Por detalles tan básicos como éste, pienso que debería repensarse seriamente el adjetivo de "Alto".
