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Entrar al Robinsonia ahora recuerda los inicios de Jaime Landeros, su dueño, en calle Santa Beatríz. Jazz fuerte, gente contenta, risas y una tele que transmite partidos de fútbol sin audio. Una especie de lugar común con uno de sus grandes éxitos, “elBarcelona”.
Landeros sabe. Se pasea, atiende, con más confianza ahora que hace meses atrás cuando recién abrió.
El cambio ha sido drástico y bueno. Viejos conocidos vuelven a la carta (pintxos y las tapas). También vuelve una barra con gente conversando y tragos de la casa, como el Mojito Robinsonia (en la foto: Vodka, licor de murtilla y albahaca) en formato XL.
Para comer, mar y tierra como protagonistas, con harta influencia peruana y española.
Plateada Agua Negra ($4300) un picoteo que vale la pena comer solo. Es tan potente y sabroso que cualquier otra cosa en la mesa SUCUMBIRÁ ante su sabor. Una delicia.
Atún Benito ($4.900) otra maravilla. Sashimis de atún frescos y sabrosos, al ajillo, sellados por un lado y acompañado de pimientos asados. Cómalo con todos sus ingredientes en un bocado y entenderá el plato completo. Ñam.
Flamenquino ($1.800) poderosos de sabor, estos chanchitos rellenos con jamón serrano y huevos que vienen de la carta de elBarcelona, se acompañan con una salsa de pimiento asado de miedo.
Montaditos de lomo salteado ($1.800) Experimentando con sabores, este picoso montado de lomo salteado puede que se pierda frente al sabor de otros pintxos, pero sigue valiendo la pena probarlo.
Cumberland (3.900) la nueva estrella de la carta. Si no es uno de los sanguches más increibles de la capital, entonces puede quemarme vivo en la hoguera del mal dato. Plateada tierna y jugosa en un pan ciabatta exquisito con aceitunas y queso. Una locura. Pida alguno de los ajíes extranjeros que tiene el bar para aumentar la experiencia.
Caldereta Machega ($6.500) Va con hambre, es otoño, y tiene una botella de vino en la mesa. Pida este plato por favor. Es una locura de principio a fin. Enjundioso, puro sabor, pesado y abrigador. Acompañado con una gran baguette crujiente, para sopearlo sin vergüenza.
Empanaditas de Ají de Gallina ($3500) la exploración de nuevos sabores es la mano. Nuevas maneras de presentar viejos conocidos, una delicia.
Si le dan ganas de un postre, pregunte por la trilogía de chocolates ($2.500) y disfrute de pura técnica en un plato, con mousse de chocolate blanco, una terrina de bitter y un brownie suizo. Amantes del chocolate,a por él.
Ver el Robinsonia antes y después hace que uno entienda que hay ciertos negocios que se mantienen por la onda que uno les da. A veces salirse del camino es bueno para experimentar, pero no siempre es lo mejor que uno puede hacer. Jaime Landeros sabe armar ambiente, entiende que la ejecución es primordial en la experiencia del cliente, y más que cualquier otra cosa sabe ser un anfitrión de lujo en su propio boliche. Bien por el regreso a lo que sabe hacer mejor.
Dese una vuelta por el Robinsonia, está más barato que antes y los jueves y viernes, está en llamas.
Saludos a todos
Pancho Araya®
ROBINSONIA
SANTA BEATRÍZ 191, PROVIDENCIA
F:2351425
