Restaurante Chamán en Pucón, una mala experiencia
Con bastante hambre y luego de viajar varias horas, llegué a un restaurante de nombre Chamán en la ciudad de Pucón, me animé a ingresar a este local (entre varias opciones que tenía a mi alrededor) ya que revisé en el frontis de éste la carta y presentaba algunas alternativas que en la carta se veían apetitosas e innovadoras
AL ingresar me llevo la agradable sorpresa que el pisco sour y las sopaipillas eran cortesía de la casa
El pisco sour era de botella pero pensé que a caballo regalado no se le miran los dientes y con la intención de después degustar el trago típico de la casa (el cual al final no lo tenían, primera decepción)
Las sopaipillas eran deliciosas, crujientes y preparadas en el momento acompañadas de pebre
Para comenzar ordenamos una tabla de quesos camarones y jamones que fueron una gran desilusión, el queso de cabra era una cantidad similar a 15 gramos y 3 lonjas transparentes de jamón serrano 5 aceitunas y unos camarones que parecían krill fritos
Por suerte (según yo) ordenamos platos de fondo, yo unos camarones al pil pil y mi pareja un filete de supuestos 400 gramos acompañados de papas araucanas
Al ver la carta de vino optamos por el cabernet sauvignon chamán, pero para nuestar sorpresa (a esta altura no tan sorpresa) no lo tenían, en su lugar nos ofrecieron otras alternativas sobrevaloradas en la carta de vinos de mala calidad, por lo que preferimos optar por tragos largos (otra mala decisión, ya que barman o barwoman no había y la preparación resultó en una mezcla bastante asquerosa)
Al llegar los platos de fondo me tuve que conformar con los mismos camarones salteados microscópicos que jamás vinieron al pil pil montado sobre una gran cama de lechugas para encubrir lo exiguo del plato. El filete sin cocer debió pesar 300 gramos en el plato parecía de 200 y lo peor de todo fueron las papas araucanas que al consultar al mesero nos las decribió como papas salteadas al merkén pero en realidad eran papas cocidas bañadas en algo de aceite de cocina con cilantro y nada de merkén. Solicitamos al mesero si podrían saltear las papas nuevamente para aumentar la crocancia, pero sólo obtuvimos de vuelta unas papas recalentadas al microondas
Se notó la ausencia de un chef, es mejor que si éste no se encuentra no ofrezcan todos los platos, otra sugerencia es indicar que algunos ingredientes no se encuentran disponibles, ya se a por la temporada o por el stock, pero es bastante desagradable encontrarse con un plato totalmente diferente al que se ofrece en la carta
Bastante exasperada y aún con el estómago bastante vacío solicité la cuenta, una vez que llegó le comenté al mesero que los alimentos servidos distaban de los ofecidos en la carta, desapareció un momento y luego regresa sugiriendo no incorporar la propina. Creo que de todo lo horrible de este local, lo que más me indignó fué que los dueños del local estaban ahí y sin una pizca de vergüenza sacrifican la propina del mesero para mitigar la falta de calidad y seriedad de su local.
Obviamente cancelé el total y la propina, pero mi manera de castigar a este local es no visitarlo nunca más y haciendo la crítica objetiva de la desagradable situación vivida. Esperando que quienes lo vean , recuerden este comentario a la hora de visitar Pucón.... les deseo una vida sibarita!!!!!