Restaurant del Hotel Casa Silva en San Fernando
Saludos contertulios. Otra vez reportándome para LBV.
Siempre esperamos con ansias el momento de titularnos. Es una ocasión muy especial, la finalización de tantos años de esfuerzo concretados en un cartón que acompañará nuestros lugares de trrabajo para el resto de nuestras vidas.
Esperamos lo mismo de nuestros hermanos, primos y amigos. Y cada vez es motivo de alegría y triunfo para todos.
Pero no siempre la que se titula es tu mamá. Y más encima, de abogado.
Como era una ocasión muy especial, decidimos acompañar a nuestra madre a celebrar. Como ella vive en San Fernando, fuimos a conocer el restaurant del hotel Casa Silva, ubicado en Angostura de Pelequén, camino a El Tambo.
Es una casa colonial muy bonita, con una gran terraza para compartir mirando el cielo. Al entrar, uno se encuentra con muchos toneles de vino dispuestos abajo; al final del pasillo en el primer piso está un Wine Bar y en el Segundo, el restaurant.
Nos estaban esperando con una mesa especialmente preparada para ella. La atención fue excelente de principio a fin. Parten sirviendo agua saborizada con limón, detalle que se agradece muchísimo.
La carta es acotada y precisa, uno no se pierde mirando miles de posibles preparaciones. Pedimos para empezar diferentes aperitivos, muy bien preparados. Desde la mantequilla con especias al pan, todo delicioso.
Yo quería comer pescado, pero lamentablemente no había. Para cenar, mi madre optó por el pollito de grano, el cual estaba compañado por papas y verduras en un rico caldo. Mis hermanos optaron por el Lomo a lo rico, consistente en un generoso trozo de lomo acompañado de papas gratinadas, cebollas caramelizadas y huevo pochado.
Yo, pedí el Pastel de Choclo alternativo. Es una suerte de timbal ancho, con una capa de pasta de choclo, una de pino de cebolla pluma y trozos de carne y otra capa de choclo. Se acompañaba por mermelada de tomates.
Para acompañar, pedimos un carmenére reserva de la Vina Casa Silva, el cual de verdad nos gustó muchísimo.
Finalmente, pedimos té y café. Grata fue mi sorpresa al ver bolsitas de Blends especialmente hechas con fines específicos. Yo tomé una tizana para dormir. Vale decir que surtió mucho efecto al llegar a casa (¿o habrá sido el vino?)
El señor que nos atendió fue muy amable. Nos explicó la composición y preparación de cada plato y nos sorprendió con sus conocimientos sobre vino. E impresionó a mi hermano agrónomo con sus conocimientos sobre los hongos de las parras y las cavas.
Para concluir, fue muy agradable ver que al salir, en la tienda del hotel, estaban los chocolates Ithal de Lasmallen y los productos de La Pulpería Fina. He tenido la posibilidad de degustarlos y me trajo muy lindos recuerdos al verlos allí.
Recomendable 100%. Espero ir de nuevo, sin duda. Saludos a todos!