Ls fines de semana es difícil salir a almorzar por los compromisos deportivos de la familia.
El toto y la Javi van a la escuela de tenis, el sábado a las 14:00 y el domingo a las 13:00.
La Paula va al voleibol en horario bien variado y normalmente yo juego tenis el sábado en la mañana y basquetbol con los old lions el domingo en la mañana.
Todo esto, sin considerar tareas y obligaciones escolares que hasta esta altura no me inquietaban, pero que definitivamente se han incorporado a mis preocupaciones (¡cómo han cambiado los tiempos!).
El asunto es que no hay muchas alternativas, o prepara algo la Paula en la casa, que no es malo, pero requiere tiempo y a veces se hace tarde, o finalmente es una pizza o una pizza. (No hay mucho más).
Por eso hoy, mientras dejamos a los niños en su escuela de tenis nos arrancamos al terminal pesquero que queda muy cerca para tratar de comprar algunos mariscos y prepararlos en casa. Tengo bastantes prejuicios por las preparaciones que hacen de estos productos algunos restaurantes que presumen de especialistas. De hecho después de probar varios en Con Con durante mi periplo de un año por esas tierras, me quedé con la sensación de que algo no anda bien.
Mal nos fue en el terminal pesquero, pues ni siquiera fue posible estacionar, así es que nos fuimos a supermercado más cercano, dónde tampoco nos fue muy bien.
Finalmente y después de darle una vuelta me acordé que hace tiempo quería conocer el Puerto Bahía, ubicado en Antonio Poupin al llegar a Avenida Grecia, a un costado del Hotel Holyday Inn Express, cuyo carta de presentación es una vistosa pizarra de "LOCOS Y OSTIONES A LA ORDEN".
Sólo alcanzamos a probar el aperitivo y una entrada, pero sin duda volveremos, el local es agradable, sencillo pero acogedor. Tiene un segundo piso (para fumadores) con una vista espectacular de la costanera SUR de Antofagasta. Está ambientado con recortes, cuadros y diarios que hablan de la historia de Antofagasta y adornos que reafirman su inclinación hacia los productos del mar.
Además del pisco sour de rigor y un mango sour, pedimos un surtido de mariscos al estragón. Nada de mariscos recocidos o desabridos, sabrosos de principio a fin.
Como les decía tuvimos que dejarlo hasta ahí para ir de vuelta a buscar a los nenes, pero sin duda volveremos.
Hasta donde vimos, definitivamente recomendable.
