PUCON UNPLUGGED #2 - DE PIMIENTA (camino a las termas de Huife)
DE PIMIENTA
Quetroleufu Camino a Huife km 15
Tel. Reservas 9-682-4895
Contacto Carmen Van Bebber
Seguimos explorando Pucón y su entorno en bicicleta.
Este restaurante lleva más de ocho años y está ubicado justo después de la bifurcación Caburgua/Huife, yendo hacia Huife, a unos 15 km de Pucon. Hay un letrero a la izquierda del camino asfaltado, lugar por donde uno entra. Hay que seguir un 1 km por un camino de tierra hasta llegar al restaurante.
Sra. Carmen partió con De Pimenta como restaurant vegetariano.
Sin embargo, debido a la distancia de Pucon y probablemente una reducida clientela vegetariana, creo que ella descubrió que había quedado en un nicho comercial demasiado chico. Hace cuatro años agregaron carne, un menú más sofisticado, y les ha ido mejor desde entonces.
Un lugar íntimo, simpático, y según el letrero en la calle: "slow food".
Ellos ofrecen varias infusiones caseras de su jardin (tomamos menta), tienen cerveza Grassau (sugerimos otra marca adicional ya que Carmen quería una buena cerveza negra), y una selección adecuada de vinos.
Ya que nos movíamos en bicicleta, queríamos almorzar algo liviano. Optamos por una sopa de zapallo, servida con unos pancitos artesanales y un acompanamiento tipo chutney (champiñon, zapallo italiano y pimentón con eneldo), muy rico.
Prometimos volver de noche a probar las carnes. Mi señora estaba de acuerdo sólo si fueramos en el auto.
NOCHE
Volvimos en la noche tres dias más tarde. Hicimos reservas para viernes 10 pm vía celular SMS texto, recibiendo confirmación de la misma manera. (Nota: un Blackberry tiene funcionalidad completa desde el restaurant!)
A diferencia de la buena luz de día, el ambiente era bien más íntimo, velas con luz tenue eléctrica de fondo.
La señora Carmen nos saludó, pero ella desapareció al tiro; estaba casi todo el tiempo en la cocina. El servicio de las mesas quedó a cargo de sus simpáticas hijas.
Dejamos unas cervezas de regalo, conversamos un rato con gente conocida en la mesa al lado, y nos sentamos en la mesa para dos que nos esperaba.
Partimos con pisco sour, de esos con buen equilibrio entre limón y dulzor, con una textura bien aterciopelada, ricos.
Debido a la necesidad de manejar de vuelta, acompañamos nuestra comida con agua de su noria - muy buena, suave.
Un bife a la pimienta, a punto, con una salsa tal vez un poquito salada - a mi me gustó así, pero también prefiero agregar yo la sal a mi gusto. No habia salero ni pimienta en la mesa. Cocción perfecta, tamaño justo, acompañado de papas. (foto con luz de vela y ajuste de nivel en Photoshop)
Ibamos a pedir una ensalada grande, pero nuestra "mesera" nos dijo que sería demasiado. Tenía razón. Pedimos una ensalada chica para compartir entre los dos: lechuga, palta y brotes.
Pedimos postre, "creme brulée" (creo) para mi señora y cheesecake con guinda ácida para mi. Mi señora estaba contenta con su postre pero encontré mi cheescake blando y con una textura gelatinosa. Pero bueno, para mi no hay otro cheesecake mejor que las bombas calóricas que se elaboran en algunas pastelerías selectas de New Jersey y New York. La barra para un cheesecake está demasiado alta!
Servicio impecable, se sumaron bien la cuenta ($28.000 para dos personas, sin vino), ambiente agradable - nos acordó de la ambientación en la noche del viejo Balthasar hace unos 20 años - muy buenos recuerdos de nuestro pololeo!
Así que quedamos contentos. De dia tuvimos la suerte de conversar largo rato con la dueña y chef, y vimos como era realmente el local con muy buena luz. Después pudimos aprovechar el ambiente y buena comida de noche.
El restaurante era el estilo que me gusta mucho, medio folk-pirulo.
Si van, sugiero que hagan reserva, y por supuesto, que respeten la hora que pedisite. Son unos 20-25 minutos desde Pucón si vas los 70 km/h.
Volveremos próximo año a ver cómo este restaurant sigue evolucionado, ojalá contarán con más selección de cerveza!