A propósito de semana santa y la tradición de los mariscos
Viendo las noticias este fin de semana, en alguna nota sobre la Vª región, mostraban imágenes de los turistas cisitando la zona, de la playa y de la gente haciendo fila para entar a La Gatita. Recordé que hace un tiempo viví esa misma experiencia. Todo el mundo me decía que si iba a Con Con TENIA que ir a La Gatita a comer mariscos y pescados... pues bien, aprovechamos con mi amiga Marcela que estábamos pasando unos días en Algarrobo y emprendimos la aventura hacia Con Con. Cuando llegamos, después de más de 1 hora d emanejo, nos encontramos con la sorpresa de que el tiempo de espera por una mesa era una hora más... Mal, pero bueno, ya estábamos ahí, TENIAMOS que probar la mano de La Gatita y no nos ibamos a desanimar por es inconveniente. Esperamos, esperamos y esperamos. Cuando por fin nos dieron una mesa nos sentaron en la entrada, inmediatamente después de la puerta. Todo mal, cada persona que entraba y salía nos pegaba en las sillas. Pero bueno, seguíamos pensando en las maravillas culinarias que nos comeríamos.
Como siempre pedimos un pisco sour para comenzar y como el mozo nos dijo que los platos eran abundantes, decidimos ir de una vez por el plato principal (además que después de dos horas para por fin sentarnos, lo único que queríamos era comer) Yo pedí un pil pil de mariscos, que efectivamente era bastante grande, en una paila de greda varias cosas deliciosas: locos, camarones, calamares, camarones, machas, ostiones, jaiba, choritos... pero el pil pil famoso era una sopa de aceite de oliva con ajo y cubierta de ají cacho de cabra. Sin exajerar eran cientos de pedazos de ají. El plato se hizo ncomible, el picor era tal que se dormía la lengua y parecia todo más caliente que lo normal, además de tapar los sabores de cada ingrediente. La verdad es que fui tonta, pero después de dos horas lo último que quería hacer era cambiar mi plato. Con paciencia saqué cada pedazo de ají de mi plato y traté de disfrutarlo, pero fue un fiasco. Yono soy chef ni mucho menos, pero sé que el pil pil lleva un par de trocitos de ají cacho de cabra para darle ese picor un poco dulce que se mezcla perfectamente con el sabor del ajo y el aceite de oliva, pero por favor!!! cinco ajíes cacho de cabra enteros en un plato!!! es un crimen culinario.
Nunca más fui y la verdad es que nunca más tuve que esperar una hora por una mesa, ni en el Calipso, ni en la Picá de Emeterio, ni en el Pacífico, ni en el Restaurante de la Mary, donde tienen las mejores empanadas de la Vª región, en Reñaca.