Primeras Paradas: Villa Alegre, Lebu, Contulmo y Capitán Pastene.
Y partimos.
Me acordaba yo, de mis tiempos en Constitución,que en Villa Alegre había unos pipeños de miedo, de esos dulcecitos que no duelen la cabeza. Convencí a don R que entráramos aVilla Alegre, utilizando todas lasartimañas y manipulaciones femeninas de que dispongo, porque, como sabrán, enesto de los viajes a las mujeres nos gusta ir parando y comprando cuanta cosase ofrezca en el camino (mimbre-charqui-queso-palta-cajadetomates) y a loshombres como que no les gusta tanto la idea. Pero al mencionar la palabra “garrafa”cambió completamente la disposición anímica de mi compañero, así que entramos nomás. Villa Alegre está sólo a 5 minutos de la carretera, pasado Talca.
Como andábamos con hambre aprovechamos dealmorzar en un lugarcito que no recuerdo como se llama, pero lo importa, porque nos comimos un platoque se puede encontrar exactamente igual (incluso con la misma loza y la mismaseñora que atiende) en cualquier pueblo chileno en verano: porotos granados contomate de verdad y ají del que pica. Un auspicioso comienzo.
Preguntamos en varios lugares dónde podríamos encontrar buenpipeño, y todas las pistas apuntaron a lo mismo: donde don Julio Jara. Quedabaexactamente pallá parría má allacito por el portón paentro. Igual llegamos. Esuna casona con bodega muy antigua, que seguramente se cayó con el terremoto.
Esuna suerte haber alcanzado a conocer esta viña a la antigua, donde el mismodueño estaba embotellando (engarrafando en realidad) , atendiendo y mostrandolas pipas. Nos dio una “degustación” que era un vaso tipo piscolero con hartovino, como para que uno no se quedara con ninguna duda. Lamentaríamos díasdespués haber llevado sólo una garrafa ($4000). El vino estaba buenísimo,dulce, simple y suave, como tiene que ser un buen pipeño. Le agarramos tantocariño a la garrafa que le pusimos “la guagua”. Pucha que sufrimos cuando seacabó.
Aquí está nuestra guagua :
Sus primeras palabras fueron "glup-glup".
Hicimos una escala en Arauco, donde fuimos recibidos con lacarnecita de rigor, y al otro día continuamos en dirección hacia Valdivia. Perocomo tengo cero ubicación espacial le di mal las indicaciones a don R y nosdimos una media vuelta y terminamos en Lebu. No importa, nos sirvió paraconocer. Otro maravilloso pueblo que ahora está triste.
Después pasamos por Contulmo, en busca de las famosaslonganizas de Pichihuillinco, que mi hermano me recomendó encarecidamente.Contulmo es un pueblo muy chico, que fue colonia alemana. Aún quedan las casasde estilo alemán, y una gran oferta de kuchenes por todas partes. Es precioso,y recién está abriéndose al turismo. Íbamos caminando mientras buscábamos dóndevendían las longanizas, cuando nos encontramos con un cartelito que decía “hayponche de frutilla blanca” ¡ Cómo íbamos a ignorar tal aparición! Habría sidouna falta de respeto. Contulmo y sus alrededores es la zona oficial de lafrutilla blanca; tienen hasta un Festival de la Frutilla Blanca. El ponche (oborgoña, como quiera) estaba perfumado, heladito y dulce. Se nos fue tomar foto.
Luego, en un almacén igual a otros miles encontramos las longanizas.Al otro día, ya en Valdivia, las probamos en esta especie de cocimiento quehice, y realmente son las mejores que he comido, aunque creo que no se puedenmeter en la categoría de “longanizas chilenas”. Se nota la influencia alemana en los aliños,con bastante pimienta y me pareció que algo de clavo de olor. Cero, pero cerograsa. Búsquenlas o encárguenlas. (Jalamás,ya tienes una idea para tus próximasvacaciones). Aquí está:
(longas, choros, puerros, vino blanco, ajo chilote y merluzaaustral, que está escondida)
Después, y habiendo juntado hambre a propósito, pasamos porCapitán Pastene, que es una colonia italiana con lindas casas italianas y unaamplia oferta de pastas. Fuimos a Don Primo, el restaurant más famoso delpueblo que también es fábrica deprosciutto y otros embutidos. Ya hay un post bien bueno sobre esto, así que nome extenderé mucho.
Sólo les digo que es un lugar al que HAY que ir, y que HAYque pedir esta tabla, y no pedir las pastas. Son más o menos no más. De latabla , lo que más me gustó fue el “chicharrón prensado”. Un sueño hechorealidad. Para dos, $6000, y trae bastante.
Después, con el ombligo salido, fuimos a conocer la bodegade jamones. Es surreal:
Después de eso, atravesamos un tremendo nubarrón y llegamosa Valdivia. Lo primero que hicimos fue salir a tomar schop (era que no) y sorpresa: el schop Kunstmann en Valdivia es mejor. Es diferente. Me tinca que enValdivia lo siguen haciendo con agua de manantial y que el que mandan a Santiagolo hacen con agua normal. Eso dicen. Me tinca que es verdad. ¿Alguien lo haprobado en Valdivia?
Estos fueron los primeros dos días de vacaciones. Estuvimosen Valdivia tres días y luego nos fuimos a Chaihuín como 10 días. Es el paraísoen la tierra. De ahí les cuento…
Saludos a todos, y mucha fuerza y ánimo a los que están conproblemas debido a ya saben qué.