Piola
El sábado fuimos a comer al Piola, en Alonso de Córdova, para conocer al responsable del derrumbe del otrora líder del picoteo de la cuadra, el pub El Reloj que está casi al lado.
Como era obvio, partimos con problemas de estacionamiento, pero nos sirvió para caminar tomados de la mano, claro que con hambre el romance da lo mismo. Llegamos al Piola. Desde fuera todo normal, pero una vez adentro nos quedamos sordos producto de hipersensibilidad auditiva por el ruido y la bulla concentrada.
La trilogía, pizza, pasta y bulla es lo que mejor describe a este lugar, lo que te obliga a comer y callar o comer y gritar si eres más avezado en las comunicaciones.
La oferta gastronómica se concentra en 3 pilares: pizza, pasta y ensaladas.Claro que también tiene postres. El precio promedio es de 5 lucas por plato, lo que para una ensalada suena caro-caro, pero la generosa poción que recibes bien los vale. Lo mismo para las pastas y pizzas. Son platos grandes, generosos en ingredientes, bien preparados y harto ricos. La atención es rápida y cordial, aunque el barman no dejó de gritar llamando a los mozos, claro.....con el ruido que había era imposible de otra manera.
Este local es el Nº 15 de una cadena italiana. El Piola es italiano en su origen. Los comensales están ene l grupo 30-40, aunque también había sub 30 y hast un señor octogenario con los nietos. El Piola es para ir en grupo a gritar un rato.
Resumiendo: comida rica, harta gente, buena atención, y muuuucho ruido que reduce ostensiblemente las ganas de volver.