OPERA CATEDRAL

Necesitábamos hacer una despedida inolvidable a nuestra amiga Doris así que recordamos que una vez quisimos entrar con 6 amigos al opera catedral y no pudimos porque no habíamos reservado… así que para hacerlo mejor, en lugar de haber realizado la reserva por teléfono decidimos ir con una amiga el día anterior al bar para asegurarnos en dejar todo confirmado y no tener inconvenientes porque seríamos 20 personas.

Al otro día fuimos a celebrar la despedida y ese fue el momento inolvidable por malo:

Llegamos media hora más tarde y entramos directamente al lugar donde habíamos acordado estarían las mesas ordenadas para nosotros y nada! No había nada ordenado… y en ese momento nos enteramos que esperaban sólo 15 min por reserva.

Después de preguntarle a los garzones quien nos podía ayudar, y entre tantas caras confundidas aparece una persona que tenía una expresión de asco hacia todo lo que veía y al tratar de conversar con él tenía mal carácter (para su cargo) y era muy “déspota” en su trato, no escuchó mis preguntas y lo único que respondía de mala manera era que, a pesar de estar disponible y desocupado el lugar que habíamos reservado, podíamos ver si quedaba espacio en la terraza.

Fuimos a la terraza y logramos conseguir como “un gran favor” que dos garzones nos ordenaran unas mesas pero con una “cara de felicidad” que daban ganas de irse del lugar inmediatamente (pero en ese momento ya éramos más de 10 personas).

Y la temperatura de la calefacción horrible! Era exageradamente alta y llegaba directamente a nuestras cabezas, entonces le pedimos al garzón que la bajara y señaló que la única opción era apagarla porque no podía bajar la temperatura porque se apagaba así que la apagó… a esas alturas estábamos en una terraza a las 10 de la noche con mucho frío!

Respecto a los garzones no son atentos ni menos empáticos, se demoran con los platos y la carta de la terraza no es buena porque es distinta a la del resto del bar, pero que más le vamos a pedir al lugar si todos tienen la misma cara… creo que confunden la sobriedad y formalidad con ser serios y apáticos.

Entonces puedo concluir que hicimos 2 despedidas al mismo tiempo: la primera a Doris… y la segunda al opera catedral!