Maldito Chef, damn good.
El Jueves a la hora de almuerzo fui invitada a la marcha blanca del Maldito Chef, el nuevo restaurant de Cristopher Carpentier en el centro cívico de Las Condes.
A continuación mi experiencia.
Primero que nada me encantó el nuevo estilo que se le imprimió al lugar, la decoración (soy muy fijada siempre en este ítem) habla de un lugar más relajado, moderno, taquilla, entretenido, lleno de detalles novedosos, buenas ideas por doquier, como paredes de pasto sintético, mesas para dos tipo box que dan más intimidad, paredes de maderas al parecer recicladas, cuero, tachas, mesones de madera virgen, en fin una decoración entretenidisima.
Como era marcha blanca pudimos probar bastante, de entrada nos pedimos un ceviche con camarones, ostiones, tilapia y un maldito dressing cítrico debo decir que el dressing era malditamente bueno, los mariscos de tamaño generoso, pero la porción pequeña, tamaño restaurant pituco, pero bien para una entrada.
También pedimos unos huevos pochados con trufa, que en la carta se anunciaban como la especialidad de la casa. Venían en un vaso que me hizo recordar los huevos a la copa con galleta de agua que me comía cuando chica, este a cambio venía con papas hilo sobre el huevo y aceite de trufa.
La verdad me pareció muy fuerte, deben haber por ahí algunos amantes del aceite de trufa, pero a mi definitivamente no me gusta, tiene un olor demasiado penetrante y me tuvo con una sensación de hastío y algo de dolor de guata toda la tarde.
Como fondo, pedimos un sandwich memo, de atún laquedao en teriyaki, con repollo, coco, sesamo y yoghurt natural en pan pita. La carta de sandwichs es enorme y todos se ven exquisitos, novedosos, reemplazando los ingredientes clásicos para ofrecer propuestas nuevas y sabores insospechados. Este que pedí era delicioso, algo totalmente nuevo para un sandwich, la combinación de los ingredientes un acierto total, exquisita, venían 2 sandwich partidos por la mitad, por lo que se podía compartir. Thumbs up!
También pedimos el risotto, bonita presentación, con ricos mariscos y bien sabroso, bien hecho, pero es algo que ya hemos probado y un plato más conocido, recomiendo de todas formas lanzarse a probar los sandwiches, la variedad invita a volver una y mil veces. Vienen acompañados con papas fritas caseras con su cáscara, con aceite de trufa again, pero en menor dosis, ricas.
De postre un pie de maracuyá, que junto con el sandwich de atún fueron la nota alta del almuerzo, y un tres leches de manjar con nuez, rico, baratos los postres $1500 c/u.
La atención excelente, muy cuidada, el ambiente genial y la carta entretenidísima.
Felicitaciones al chef y al equipo por atreverse a innovar.