Este fin de semana recién pasado, fuimos con mi mujer y mi hija menor de 18 años a Santo Domingo. El domingo 11 de Junio nos arrancamos a Llolleo a almorzar al clásico restaurant La Juanita.
Yo sabía que no era lo mismo a cuando la dueña, la Juanita, estaba a cargo. Era un sitio conocido por sus contundentes platos y en particular los pescados y mariscos, y sus precios mas que razonables. Lo adquirió alguien que conservó la marca.
El restaurant está situado en un barrio popular, a pocas cuadras del semáforo donde uno se desvía de la ruta habitual de Llolleo a San Antonio. Te estacionas sin mucho problema en la misma calle del restaurant, y te aborda un jovén, talonario en mano, diciendo que la tarifa son $ 300 sin exigirte pago de inmediato.
Adentro los espacios son austeros, por no decir desabridos. Bastante concurrido ese domigo, pero nunca tanto como para tener que esperar a que se desocupara una mesa. El mozo que nos recibió fue poco amable, como quien quiere tomar el pedido sin más y mover la maquinaria, que en general fue rápida.
Pedimos machas a la parmesana, 1/4 pollo con papas fritas y un pastel de jaiva.
Fue triste, pues todos los platos recibieron un mal comentario de los que lo pidieron, y por supuesto yo los probé todos.
Las machas estaban como duras al masticarlas. desabridas, con eso si un queso parmesano pasable.
El pastel de jaiva cargado en exceso al pan y con poca jaiva; fome.
Y el pollo para rematarla, reseco y sin ninguna gracia.
Fue una triste decepción. Pedimos la cuenta y nos fuimos.
Los precios fueron los siguientes:
- machas a la parmesana (12 u) $ 4.950
- 1/4 pollo con agregado $ 2.400
- pastel de jaiva $ 2.500
Otros precios de la lista:
- caldillo de congrio $ 4.900
- chupe de locos $ 5.400
- confrio grito solo $ 5.000
- pisco sour $ 1.800
-cerveza austral $ 1.300
