La Barquera / Enjoy / Coquimbo

Ante la abundancia de post de lugares en provincia, me sumo con un post guardado hace rato.

Hace un mes fuimos con Javiera a La Barquera en el Enjoy de Coquimbo. Uno de los cuatro restoranes del complejo, y que vendría a ser el intermedio, junto al sushi bar, entre el restaurant de mantel largo y el buffet.

Con una carta generosa, La Barquera se pasea, como es de esperar, por distintas preparaciones del mar, pero con una variedad insólita en generos.

Pastas, pizzas, sandwiches, platos típicos, sinceramente de todo.

El lugar es correcto, en ambientación y sabores. En puesta en práctica es donde sus falencias se notan.

Para explicarles como es este restaurant, basta con decirles que el esfuerzo lo salva. Se nota disciplina y rigor en las preparaciones y la atención, pero más basadas en el empeño que en el talento.

Ese día nos tcó la mala fortuna de llegar en cambio de turno, cosa que si no fuera por la distendida conversa, hubiese sido una catástrofe.

Nos empezó atendiendo un mozo y nos termino atendiendo otro. No nos trajeron el pan hasta 20 minutos depués de haber llegado. Sólo se reivindicaron con el delicioso pastel de chocolate que le trajeron a la Javi por su cumpleaños (atención que es global, por si se encuentran de cumple cerca del enjoy) y con la explicación del mozo, que fue de todo corazón (si hubiese empezado a atenderlo yo, no le faltaría nada)

Hablando de la comida y de lo ecléctico de la carta, como dije al principio, el mar es el protagonista.

Pedimos 4 fondos (en rigor 3 fondos y un sandwich). Fetucinni con cremoso de ostiones y calamar en su tinta (muy bueno!) Spaguetti del mar (poco generoso con los mariscos) Una tabla para mi, en rigor para dos personas, llamada española. Llevaba un chupito de gazpacho, muy correcto, pero cargado a la sal. También aros de calamar rebozados, tortillas de papa sobre pan tomate (las tortillas bellas, el pan tomate deficiente) camarones al ajillo y lo que más me llamo la atención por lo incomible. Unos rollos de pejerrey en reducción de chardonnay, muy pretenciosos, pero de mala presentación y amargos por la reducción. Me dedique un rato a tratar de comerlos, pero definitivamente no pude con ellos, desentonaban entre los sabores de la tabla y le quitaban puntos. Lamentable. Javi al no ser fan del mar y sus bondades, pidio un correcto sandwich de pollo campestre que brillaba por su sabor y buena mano. Me quedé con ganas de probar un emparedado en masa de pizza frita que se veía muy rico y muy asesino de hígado.

Cual es el balance de La Barquera...es pretenciosa.

Tiene una tremenda vista, bellas mesas, gran presentación, pero el capital humano es poco fino en los detalles. Aun cuando ESA ES LA IDEA!

Lo digo por que en la mesa en lugar de panes amasados, llegan panes con sesamo, semillas de amapola, merkén, vino tinto, mantequilla a las finas hierbas...y los platos llegan con tremendas vajillas en presentaciones que pintan para super de lujo, pero descuidadas ¿me sigue el punto? Es lo uno o lo otro. Un buen restaurant sencillo o un buen restaurant fancy, dejando clara la idea desde el comienzo.

Como obra gruesa es correcta y una buena alternativa por el precio (3 fondos, 1 sandwich, un vino Errázuriz con la promoción 2x1, 3 postres: $34.000 sin la propina) pero las manos detrás son inexpertas y no aprovechan todo lo que tienen para elevarse a un nivel tremendo.

La Barquera es recomendable (de día debe ser bello almorzar ahi mirando el mar) pero debe fijarse en aquellos detalles que la podrían hacer un referente gastronómico en la cuarta región.

Muchos saludos a todos! y les debo las fotos

Pancho Araya®