garzones profesionales e inspirados
Encontré este interesante comentario hoy en el New York Times. Pregunta cómo los restaurantes pueden atraer garzones profesionales e inspirados, y qué hacer para que los garzones actuales tengan orgullo de su trabajo.
http://www.nytimes.com/2009/09/18/opinion/18damrosch.html?hp
(usa el traductor de Google si necesitas ayuda con el inglés)
Creo que el tema de servicio en restaurantes es universal - para muchos comensales es más importante que la comida cuando salen a comer! Lo veo por los comentarios y quejas aquí en LBV.
Algunos restaurantes parecen entender eso, y es como ir a la casa de la abuelita (o de la suegra en mi caso!) - una atención y cariño hacia el comensal que hace que uno quiere volver siempre. Sin embargo hay otros locales que se jactan de su comida, pero donde es imposible obtener la atención del garzón, o uno conoce el menú mejor que el mesero...
Esto es casi independiente del tamaño del restaurante. Hay algunos grandecitos (tipo parrillada) con mucho público y muy buen servicio donde son capaces de recordar 20 pedidos de una mesa, y otros restaurantes chiquititos donde no aparece nunca el garzón, quien se confunde con solo dos platos, etc. ...
En general los restaurantes son negocios - es de pensar que lo más rentable sería sentarte rápido con una sonrisa, tomarte el pedidio con un conocimiento del menú (si el garzón olvida las cosas, que anote el pedido, caramba!), traerte la rica comida sin el dedo en la sopa o sobre el plato, cobrarte la cuenta dejando que tu pongas la propina, y sacarte amigablemente, para que entre otro comensal, rotando la mesa dos o tres veces en el almuerzo o cena...
Es un arte de trabajo en equipo, que parte desde el dueño, pasa por el chef y se nota más directo en el contacto con el garzón. En un restaurante bueno el proceso es transparente. Garzones atentos, que aparecen cuando uno está pensando en pedir algo, casi por telepatía. Pero a quien no le ha tocado garzones que están siempre visibles pero no te miran nunca? Grrrrrrr...
Hay un señor que trabajaba en el 27 de Nueva York cuando yo era apenas un "trainee