Como Agua Para Chocolate
Sábado, cumpleaños de mi pololo. Decicí invitarlo a comer. Me sonaba este restaurant y había pasado por fuera un par de veces.
Con reserva previa, llegamos al restaurant a las 9:30 y estaba lleno. No sentaron al lado de una fuente de agua como yo había pedido. Estaba calentito adentro, cosa que se agradece con el frío de estos días. La comida, una carta surtida con elecciones de carne y pescados y una carta de vinos muy extensa, para regodiarse. La comida llegó rápido: un filete "de vigor y pasión" y un congrio gratinado en espinacas a la crema. Los dos buenos. Postre: un mini fondue de chocolate. Todo rico, bien atendido.
En un momento se quebró una copa en el segundo piso y me llego a los pies un pedazo de vidrio, de inmediato se acercó el mozo a preguntarnos si estabamos bien y si queríamos cambiar el plato, y despues la dueña a pedir disculpas y preguntar si necesitabamos algo. Se agradece.
Música en vivo romántica para acompañar la cena, que en algún momento estuvo demasiado fuerte y costaba escuchar al otro. Sobretodo cuando la canción era conocida y todos la cantaban.
En resumen: rico y lo pasamos bien.