Comer en Huilo Huilo

Escrito por: lorenice
F09 Feb 2013
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Mi lógica, que al parecer es bastante irracional, me indicaba que en un hotel de lujo, como es el Baobab (a precios ridículamente caro aunque lo valen) el restaurante debía ser al menos digno. Sin embargo, mi cara de decepción fue mayúscula desde el primer día. Muy cansados llegamos luego de 13 horas desde Viña, para comer algo antes de acostarnos. Tentados por el nombre pedimos una tabla de jamón (jabalí y ciervo). Acompañada con sopaipillas y pebre... Mentiría si dijera que los jamones estaban malos, pues cumplían por completo con su misión, sin embargo el colocarle a eso tabla resultó un insulto para cualquier ser humano que haya comido una de verdad... Quieres ganar plata? Bueno cobra mas caro... Por último, cámbiale el nombre a muestra pero colocar 2 partículas de jamón en un plato y autodenominarlo tabla es, por decir algo, una falta de respeto. Respecto a la carta de vinos, es ridículamente cara (aun cuando estas dispuesto a gastar sin que te importe mucho) y bastante acotada. Mejor esconda botellas de contrabando en la maleta (consejo de un viejo colega).

Del desayuno... Mmmm, indicar que es preferible irse por las galletas de soda si necesita masas, antes que intentarlo con el pan, el cual fue todos los días simplemente añejo y sin brillo, miga seca, apelmasado... Malo el pan, tanto el blanco como el integral (el domingo estaba ALGO mas fresco). El te MALO!! El cafe MALO!!!!! Sin embargo el resto del desayuno si puede clasificarse como bastante bueno, sin llegar a ser excelente. Destaca su tocino, perfectamente tostado sin ser grasoso, que se derrite en la boca, aunque algo excedido en sal.

Al día siguiente, continuando la búsqueda de la perfección, o al menos la decencia, llegamos a almorzar al Marina del Fuy. Tras una espera bastante prolongada, llegó lo que se podría clasificar como un sagrado deleite: carpaccio de ciervo, cortado a la perfección, con una delicada salsa tártara, que no competía por atención, alcaparras y queso reggianito rallado, no pulverizado, tal como debe ser. Simplemente perfecto. El plato de fondo, en el que esperábamos todo un acontecimiento, resultó apenas correcto, con un jabalí seco, aunque blando, una especie de panache de verduras con un buen punto de cocción y buen sabor, pero que no aparecía en la descripción del plato, a cambio de unas chalotas caramelizadas que nunca llegaron, y unas papas que debieron ser al merken, mas llegaron con una salsa de vino tinto, secas, harinosas y totalmente innecesarias. De postre, gateaux de chocolate y tarta tatin, el primero correcto (queda mejor con salsa de mango que frambuesa), el segundo espantosamente dulce, con una quenelle de helado cristalizado (descongelado y vuelto a congelar). Jugo de frambuesa, bastante bien, mil veces mejor que el del Baobab.
De vuelta a éste mismo, decidimos darle otra oportunidad a la cena. Terrina de jabalí y seleccion de helados artesanales. De verdad, preferiría no referirme a la tierrina... Pues me recordó a los pasteles de greda que jugaba a hacer cuando era chica. Se supone que una Terrina debería ser una especie de pâté. Pues bien, este era seco e inmundo (el único calificativo existente para ese insulto gastronómico), por amor a mi paladar no continuaré la descripción, pues bordeaba lo incomible. Los helados apenas cumplían con su acometido... De artesanales, mas tiene la feria de Algarrobo con sus chucherías chinas.
Al dia siguiente, de vuelta al desamparo de un lugar decente, nos trasladamos a Neltume, poblado extremadamente sencillo, donde vive prácticamente todo el personal del complejo Huilo Huilo. La sorpresa fue mayúscula cuando llegamos a una modesta cafetería, donde almorzamos un clásico nacional: lomo a lo pobre. De lomo nada, y eso es de esperar, era posta rosada, lamentablemente congelada. Sin embargo estaba tal como debía, jugosa y sabrosa (no intente indicar el punto de cocción al hacer el pedido, no le entenderan). Las papas fritas sin ninguna segunda aspiración, frescas y crujientes... huevos bien hechos, con clara cocida y yema untuosa, cebolla perfecta y sin patear la guata. El jugo, uno de arándano y el otro de frambuesa, la envidia de cualquier hotel!! 100% fruta, de dulzor perfecto para no saturar el paladar ni competir con la fruta. De postre membrillos con murta y un toque de crema, perfectos!!. Una comida de lujo por menos de la mitad de lo que pagamos los dias anteriores (restoran/cafetería Cruz del Sur, ubicado en el camino internacional. Después nos enteramos que la especialidad es la trucha a la mantequilla... Habrá que probarla cuando volvamos). La atención un 10 + carita feliz (si va pruebe el chancho en piedra).
En la noche, ya que porfiados es nuestra consigna de vida, volvimos a intentarlo en Baobab, pues nos íbamos al día siguiente. Había Buffet Italiano... Miedo!! pensé yo, ya que la antesala había sido pésima. Increíblemente subió bastante el promedio de la evaluación, con variados antipastos para los que no disfrutan de las masas (queso, frutos secos, mozzarella con tomate y albahaca, bolitas de queso apanadas, jamón Serrano relleno, hojas verdes para acompañar con dressing de distintas cosas y muchos mas). De las pastas, no lo se pues no las probé. La oferta era variada, tanto en masas como en salsas: lasagna boloñesa, vegetariana, gnocchi, putanesca, salsa Alfredo, salsa de olivos, penne, unas cosas como caracoles gigantes que siempre olvido su nombre.... Al parecer con un buen punto de coccion, para no quejarse. La pizza muy buena, rica salsa casera con mucha carne, masa fina, generosa en queso. Sorprendentemente, encontré de nuevo a mi archinemesis: la Terrina de jabalí... Decidí darle una segunda oportunidad, pues lucia bastante diferente... Y lo era! Bastante mejor, de la textura correcta esta vez, aunque algo salada (pero ya no inmunda).
Postres: tiramisu, que nunca lo fue! Con nada de mascarpone, de cafe instantáneo, extremadamente aireado y sin textura... Malo!!!; Panacota de vainilla, correcta en textura pero fome de sabor; una cosa de chocolate (ni me acuerdo de su nombre), decente y empalagoso; unos canastilllos rellenos con mermelada, de masa seca y dura, cero gracia. Yo fui feliz con mi fruta con salsa de chocolate, aunque a ésta le sobraba materia grasa y le faltaba suavidad... Muy grumosa (o sea, fui feliz con mi fruta).

Si he de resumir: la carta del Baobab es extremadamente limitada y decepcionante, llena de pretensiones que bordean la siutiqueria, como fantasía de ave de corral marinada en especias, con cereales orientales milenarios del hombre sabio... O sea pollo con arroz!! Que lata!!.
Marina del Fuy: correcto, carta acotada, con el carpaccio mencionado digno de los dioses y nada mas.
Cafetería Cruz del Sur: mas de lo que se espera, recomendable del todo!

Raya para la suma: Vaya a Huilo Huilo, pasee, asómbrese con el paisaje, coma rico (dentro de lo posible) y después me cuenta.

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Lorenice

Comentarios:

Lorenice, es una pena que en un proyecto como ése, alguna de sus partes eclipse lo hermoso y único del mismo. Una mala experiencia es difícil de borrar y claro está; nunca hay una segunda oportunidad para dar una buena primera impresión pero, odio los cliché. Y puedo dar fe que ahí comí muchas veces de forma maravillosa, atendido por gente amable y con platos magistralmente logrados por su sencillez y frescura. Sin duda tuviste una mala experiencia, pero claramente no es el estándar habitual del lugar.... otra oportunidad!!!!

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