Otra talibana que se suma, y vengo llegando más convencida que antes.
Acabo de leer la invitación de Isidora , y se agradece ya que por mi lado ando medio “achacada” porque me hace falta contraparte para analizar, conversar y discutir sobre el tema que es obviamente de todo mi interés.
Después de varios días lejos de la capital, vengo convencida que de comida chilena, el que sabe, sabe y el que no aprende! Creo que muchos de nosotros sabemos distinto, unos mucho, otros poquito, otros nada! Para mi parte de la calve debiera estar en rescatar, conocer, difundir y promover lo que tenemos.
Yo me declaro en aprendizaje intensivo, de guagua (me carga lo de bebe) ni pispaba las diferencias entre una y otra cocina, un poco más grande empanadas y pastel de choclos y locos, de adolescente rebelde me acerque a arrollados, perniles, chicharrones, sopaipillas, pichangas y algunos mariscos en pocas preparaciones, mas después un intenso y profundo acercamiento a comida de campo, la primera del sur (Osorno al interior), nótese que es zona de fuerte influencia de comida alemana y por el campo raíz mas campesina/mapuche. Luego, norte chico a puro campo, entre trillas y demases, otros productos, otras técnicas, otras preparaciones. No seguiré detallando porque no es la idea. Pero he seguido conociendo cada día un poco más, después he tenido la suerte de pasar o estar por lugares muy distintos desde Putre hasta Aysén.
Todo lo anteriormente escrito es para avalar que como nuestro país es tan largo y diverso -eso ya lo dicen muchos antes que yo-, y aunque resulte de Perogrullo es algo que nos determina, puchas que son distintas las sopaipillas, unas con zapallo y otras sin, -para dar un solo ejemplo-.
Para un coctel como sugiere Caroc, también podríamos incluir entre otros, catutos, milcaos o chapaleles, tantos charquis que tenemos, tantos tipos de panes y hasta fritos de cochayuyo con queso…! No seguiré con la lista porque es laaarga.
Mi planteamiento es que nos falta por conocer y probar más lo que hay (quizá debiera decir lo que va quedando) esto porque en estas semanas y reunida con muchas mujeres de las que aprendi mucho de nuestra cocina, me quede con la sensación de que si no dejamos registro de esos saberes, Pronto no tendremos nada!
Hay mucho por conocer o reconocer, mucho por probar, por aprender y creo que cada un@ tiene un papel que cumplir y un aporte por hacer.
Gracias Isi, esto puede dar para largo.
Anabella
Otra talibana que se suma, y vengo llegando más convencida que antes.
Acabo de leer la invitación de Isidora , y se agradece ya que por mi lado ando medio “achacada” porque me hace falta contraparte para analizar, conversar y discutir sobre el tema que es obviamente de todo mi interés.
Después de varios días lejos de la capital, vengo convencida que de comida chilena, el que sabe, sabe y el que no aprende! Creo que muchos de nosotros sabemos distinto, unos mucho, otros poquito, otros nada! Para mi parte de la calve debiera estar en rescatar, conocer, difundir y promover lo que tenemos.
Yo me declaro en aprendizaje intensivo, de guagua (me carga lo de bebe) ni pispaba las diferencias entre una y otra cocina, un poco más grande empanadas y pastel de choclos y locos, de adolescente rebelde me acerque a arrollados, perniles, chicharrones, sopaipillas, pichangas y algunos mariscos en pocas preparaciones, mas después un intenso y profundo acercamiento a comida de campo, la primera del sur (Osorno al interior), nótese que es zona de fuerte influencia de comida alemana y por el campo raíz mas campesina/mapuche. Luego, norte chico a puro campo, entre trillas y demases, otros productos, otras técnicas, otras preparaciones. No seguiré detallando porque no es la idea. Pero he seguido conociendo cada día un poco más, después he tenido la suerte de pasar o estar por lugares muy distintos desde Putre hasta Aysén.
Todo lo anteriormente escrito es para avalar que como nuestro país es tan largo y diverso -eso ya lo dicen muchos antes que yo-, y aunque resulte de Perogrullo es algo que nos determina, puchas que son distintas las sopaipillas, unas con zapallo y otras sin, -para dar un solo ejemplo-.
Para un coctel como sugiere Caroc, también podríamos incluir entre otros, catutos, milcaos o chapaleles, tantos charquis que tenemos, tantos tipos de panes y hasta fritos de cochayuyo con queso…! No seguiré con la lista porque es laaarga.
Mi planteamiento es que nos falta por conocer y probar más lo que hay (quizá debiera decir lo que va quedando) esto porque en estas semanas y reunida con muchas mujeres de las que aprendi mucho de nuestra cocina, me quede con la sensación de que si no dejamos registro de esos saberes, Pronto no tendremos nada!
Hay mucho por conocer o reconocer, mucho por probar, por aprender y creo que cada un@ tiene un papel que cumplir y un aporte por hacer.
Gracias Isi, esto puede dar para largo.
Anabella