Definitivamente el alcohol y yo no estamos en buenos términos.
Quizás, aun cuando mi mente se resiste a aceptarlo, mi cuerpo está pasando la barrera del joven para convertirse en el Adulto Joven. Casi una segunda pubertad.
Los carretes en Martes o Miércoles, o incluso Viernes me están dejando lesionado. Y como buen deportista culinario de elite, las lesiones hay que tratarlas.
Hay mil secretos para la resaca, o pal cuerpo cortado, pero éste no me ha fallado las ultimas tres semanas.
Si usted se encuentra a mal traer por la juerga de anoche, además de tener su botella de agua mineral con gas al lado del escritorio, le recomiendo que en ayunas (ya que el sabor del alcohol no lo deja tragar) se vaya directamente a cualquiera de las tres sucursales del Bar Nacional (Bandera, Huerfanos y la moderna de Matías Cousiño) a eso de las 11.30 AM y se propine un Caldo Gallito ($1.400). Los maestros amablemente le atenderán y le serviran pequeñas hallullas para untar con mantequilla o aderezar con un sabroso pebre. Y le harán notar como la cara le cambia a cada cucharada.
Si la sed lo ataca después del sabroso caldo con carne de vacuno( cada vez más carne en Matías Cousiño), especias y un huevito, le recomiendo que opte por la Fanta, no querrá volver a recordar el sabor de la noche anterior ¿no?
Muchos Saludos a todos!
Pancho®
