Alfresco, y sus erizos a la parmesana
En Santiago está lleno de restaurantes peruanos, como bien sabemos. Lo que no sabemos es que varios de ellos son sucursales de restaurates peruanos. Los mas obvios son todos los de Gastón Acurio: La Mar, Astrid y Gastón, Tanta, Madam Tusam, pero además están el Hanzo, con sucursales además en Lima y Quito, el Osaka con sucursales en Buenos Aires, Sao Paulo, México DF, Lima y Santiago.
Quizás uno de los mas antiguos es el Alfresco, el año 93 partió en Lima de mano de su dueño y chef Alfredo Aramburú, en Santiago abrió sus puertas en Enero de 2001, junto al empresario chileno Mitri Richmaui. En Lima tiene 3 sucursales, además del Cala y el Lima 27.
Partimos la presentación de la carta con unas empanaditas fritas de ají de gallina ($5.890 las 3 unidades) y cebiche ($6.390 las 3 unidades). Muy buenas, sobre todas las de cebiche, una muy buena forma de empezar el almuerzo.
Seguimos con un cebiche de erizos y corvina en ají amarillo y salsa verde, servido con unas gotas de Tabasco ($13.900), muy sabroso, totalmente recomendable. Leí en la carta que tenían un cebiche árabe, que mezclaba salmón y kubbe. Aquí es donde se nota la mano del socio chileno-arabe :) Habrá que probarlo en una próxima visita.
Después llegó un tartaro de salmón y loligó ($9.980), con palta y jenjibre. ¿Qué es el loligo? es un tipo de calamar gigante que se pesca en Chile, Brasil y Europa.
Seguimos con un tiradito de corvina y loligo en salsa de ají al olivar, mango, y nori ($9.480), además de unas "ostras asesinas" ($10.900 las 12 unidades): leche de tigre amarilla, laminas de camarones, crema de ají amarillo y obviamente las lenguas de las ostras. Me considero un fanático de las ostras y se agradece cuando los chefs se atreven a entregarnos nuevas combinaciones y sabores, y estas estan de lujo. También miré en la carta que tienen otras preparaciones: salvajes, con una lengua de erizo y salsa verde, o las chalacas, con leche de tigre, crema de ají amarillo y salsa chalaca.
Una de las grandes sorpresas de la tarde fueron los erizos a la parmesana ($9.500), suavemente grillados y servidos sobre una concha de ostión. Me encantaron!, raros pero muy buenos.
Terminamos con un Pulpo a las cinco pimientas con risotto de mote al azafrán ($13.980), una maravilla, uno de los mejores pulpos de Santiago, en mi humilde opinión. No por nada en este restaurant se venden 12 toneladas de pulpo, calamar y sepia al año, y mantiene mas de 25 platos de pulpo al año en la carta. No es menor.
Leyendo la carta hay varios otros platos que se ven muy tentadores: Pulpo a lo pobre, pulpo a la parrilla con papas chauchas, cebolla y champiñones salteados, huevos de codorniz para completar el plato; Pulpo enrollado en láminas de filete con salsa de ostras, acompañado de arroz chaufán; Picante de pulpo y ostiones en salsa de ají y especies.
Lo que me llamó la atención es que por un lado uno no pude negar que en la cocina se atreven, son ingeniosos, no se quedan con las recetas clásicas y a estas alturas archiconocidos platos de la cocina peruana. Pero por otro lado, hay dominios donde no se atreven como en la cocina: en la decoración del lugar. En la decoración se quedaron atrás, le falta todo el atrevimiento que tienen en la cocina.
Independientemente de lo anterior, es un lugar para ir con gusto y volver varias veces hasta probar todos los platos de la carta.