Doña Inés: deconstructivismo criollo

Escrito por: josé ignacio ve...
F01 Ene 2010
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El Doña Inés es un restaurant con muchas ganas. Si bien ya presenta una carta bien interesante, marcada por una tendencia deconstructivista de la comida chilena, uno de sus dueños, Cristián Zegers (Bar Sin Nombre), nos cuenta con mucha emoción que están terminando de ajustar algunos espacios como la terraza y un bar en el segundo piso. Además de la diversa oferta de vinos, donde podemos encontrar 100 etiquetas chilenas y cinco extranjeras, entre España, Francia, Italia y Argentina. Con todas esas ganas, nos invita a descubrir su oferta gastronómica.

Primero un aperitivo con unas empanaditas fritas surtidas, donde el queso fundido es abundante y el acompañamiento de porotos verdes resulta fresco y bien chileno para comenzar. Para la entrada, unas tapas un poco más grande que las habituales, con cochayuyos, al dente y muy bien aliñados con hierbas y limón. Un clásico nacional muchas veces desestimado, pero muy bien logrado.

Más al lado, un tartar de res (bien picada en cubos, donde se siente correctamente la textura de la carne) a la mostaza de Dijon. Cabe destacar que resulta importante y se agradece una cocción prudente del limón. Muchas veces nos toca encontrarnos con estas preparaciones cocidas de un día para otro o con varias horas de anticipación, y con resultados que harían temblar a los peruanos cevicheros. Pero acá la cosa anda bien.

De fondo, la oferta es puntual. El chef Andrés Concha nos presenta a lo más uno o dos preparaciones para un ingrediente estrella, donde encontramos cordero, atún, res, lengua de vacuno, entre otros. Por eso, decidimos pedir más de uno. Primero, el lomo de atún sellado, pastelera de choclo y albahaca con ensalada criolla (cebolla morada, limón y cilantro). En este caso el acompañamiento de la pastelera resulta delicioso. En segundo lugar, un filete con trilogía de reducción de carménère, miel de papayas y conjunto de setas, gratín de pesto y queso de cabra. Todo bueno, pero quizás el fuerte en las carnes sería un cordero con puré de habas. Se trata de un corte limpio, blando y muy sabroso.

Para el final probamos un mote con huesillo versión moderna y que bien da prueba de una cocina deconstructivista criolla, con pajarete y un merengue espumoso de huesillos. En este caso, el reemplazo del huesillo clásico por la espuma resultó más estilosa que sabrosa y algo insípida, aunque el mote estaba muy fresco y el jugo refrescante (característica importante en esta bebida típica). Pero un brownie tibio de chocolate y menta destaca por lo exquisito.

Como dato entretenido e interesante, el Doña Inés ofrece todos los miércoles catas sensoriales de vinos, espumosos y diferentes productos gourmet. Son dictadas por la Escuela de los Sentidos, del destacado sommelier español, Pascual Ibáñez. Además de ofrecer un espacio semanal para disfrutar de una clase de puros y habanos junto a un buen ron. Este último detalle es importante pues aquí se han preocupado del asunto del maridaje como bien debe ser. Cada uno de sus vinos ha sido elegido, al igual que la carta de comida, con este fin.

Su decoración es algo minimalista con elementos nobles como la madera pero en versión modera, de colores oscuros y cortes rectos. Muros blancos y buena iluminación. Alegre y relajado, de ambiente casi informal. Cuenta con cinco salones independientes, tres para no fumadores. Este mes inauguran una terraza al aire libre, con el lanzamiento de una carta primaveral dedicada al aperitivo. Vale la pena ir y probar platos bien logrados de comida chilena, con más de una vuelta de tuerca.

 

 

 

Teléfono:

Dirección:
Imagen de josé ignacio velasco sähr

José Ignacio Velasco Sähr

Comentarios:

no sé si lo de arriba es un comentario o una promoción, pero he ido un par de veces y me gusta. cuando las opciones por este lado de mi comuna se repiten, se agradece la oferta de la plaza ñuñoa. las empanadas de porotos verdes con queso camembert son un delirio!!!. tengo pendiente el caldilo de congrio, vayan a probarlo! saludos, verónica

Verónica, lo de arriba es un comentario de corte periodístico. Lo que pasa es que resultó ser un buen local con platos bien logrados y eso hay que transmitirlo... tampoco he probado el caldillo de congrio pero al atún con pastelera de choclo está increíble. Saludos.

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