En cámara lenta...
Son las 13.45 de un día de semana.El llamado de la selva se siente en mi estómago,pillándome en la esquina de Providencia y Pedro de Valdivia.Muchas alternativas donde satisfacer el hambre.Pero al final algo hizo click en la caja negra..Voy en picada a la Fuente Alemana.Con ansiedad me dirijo a la mampara esperando no encontrar el local lleno.Pero no es así.Mucha gente esperando y en doble fila dispuesta a jugarse la vida por el puesto que celan.Pero hoy es mi día de suerte.Justo al pararme en la barra detrás de un corpulento comensal ,este inicia su partida después de haber fagocitado una gorda completa acompañada de una cerveza.No podía creer que nadie me cayese encima dispuesto a defender con pies y uñas el haber llegado antes que yo.Me sentí cerca del cielo y raudamente me senté en el sillín que aún estaba tibio con la temperatura del anterior ocupante.En ese momento todo comienza a ocurrir en cámara lenta.Veo aproximarse a una de las diosas que atienden y que preparan lo que comeré y con una sonrisa maternal preguntarme qué voy a pedir.Comienzo a balbucear mientras ella toma su comanda y coloca su lápiz en posición de ataque sobre la hoja.La miro como extasiado y poseído de un embrujo repentino.Con una originalidad rayana en la audacia gastronómica y casi tartamudeando digo: ¡Un lomo completo con una garza.!Luego, un joven coloca un posavaso y un vaso alargado rebosante de espuma, con una exquisita y helada cerveza en su interior.Observo con ansiedad a mi musa inspiradora a través de la vitrina donde colocan los ingredientes de acompañamiento, tratando de hacer contacto con su vista y de este modo hacerla cómplice de mi hambre y lograr que me prepare el más grande y exquisito lomo completo del que tenga memoria.Y así sucede.Ella me mira y me sonríe y yo la miro y me sonrío.Comienza a rebanar con el cuchillo un precioso,oloroso y sabroso pan amasado que coloca sobre la plancha para que tome temperatura, mientras amontona una y otra capa de un jugoso lomito rebanado en delgadas láminas que comienza a colocar en el pan una vez que ha colocado una generosa capa de la divina mayonesa que preparan ahí. A continuación agrega la sabrosa y cremosa palta en cantidades generosas,luego el Sauerkraut,crujiente,no caliente y no ácido,y corona con el resto de los acompañamientos, formándose una torre de exquisito sandwich que a medida que se acerca a mí me hace funcionar las glándulas salivales y activar las papilas gustativas.Este llega victorioso, como si me fuesen a entregar la antorcha olímpica en medio de un gran estadio.Miro hacia los lados con sonrisa socarrona y comienzo a transformarme en un troglodita que acaba de capturar su presa, hundiendo el cuchillo en uno de los bordes del sandwich y diciendo para sus adentros:¡Qué suerte tuve hoy!