Productos de otoño en Chile: qué cocinar y cómo hacerlo bien

Cuando llega el otoño en Chile, la cocina cambia de ritmo, de temperatura y de sabor. Las ferias se llenan de productos que muchos pasan por alto, pero que esconden recetas familiares, de esas que huelen a casa, humedad y a olla tapada. En esta guía, recorremos algunos ingredientes de temporada que quizás no tenías en tu lista, pero que merecen un lugar en tu mesa. Y no hablamos de recetas de revista: hablamos de lo que se cocinaba antes, con lo que había, sin filtros ni modas.
Hay una tristeza linda en los productos de otoño. No brillan como los del verano, ni prometen lo que los de primavera. Son introvertidos, de piel gruesa y corazón dulce. Como la gente de antes.
Aquí van algunos que aparecen en marzo y abril, y que vale la pena mirar con otros ojos:
- Zapallo camote Sí, el de siempre. Pero córtalo en cubos, mézclalo con ajo, aceite y un poco de miel, y ásalo al horno hasta que se caramelice. Sabe a infancia con estufa a parafina.
- Porotos granados (congelados o tardíos) Si logras pillarlos a comienzos de abril, aún se pueden encontrar los últimos. Si logras pillarlos, haz una cazuela con ellos, no un granado. Con zapallo, orégano y mucho caldo. Es como una manta para el estómago.
- Membrillo No sólo sirve para dulce. Cortado en láminas finas y cocido con vino tinto, clavo de olor y azúcar, se vuelve un postre elegante y antiguo. También queda bien con quesos fuertes.
- Nuez chilena (fresca) En abril empieza a salir la nuez de verdad, no la seca del supermercado. Es blanda, sabrosa, casi cremosa. Mi abuela la ponía en el arroz con leche, como si fuera oro.
- Brócoli de huerta No el del súper. El brócoli de la feria, más chico y apretado, sabe a tierra y a cuidado. Saltéalo con huevo y merkén, y tendrás una comida en 5 minutos.
El otoño no grita. Apenas susurra. Pero si uno escucha, se puede cocinar como antes. Y comer como se debe.