Para volver mil veces: Cafetería Los Coihues, Huillinco, Chiloé
Llegamos ahí por recomendación de un local. Fue tanta su efusividad al recomendarlo que no haber ido habría sido una tontera. Es un lugar maravilloso para visitar, enclavado en la ladera de un cerro con vista abierta y pura al lago Huillinco. Es un lugar que parece la casa de la abuela, entre muebles de estilo antiguo, mezclado con otros rústicos, tejidos, libros, fotos familiares, etc. Es atendido por sus propios dueños que son un agrado de personas y no tiene más de 8 mesas. Todo ahí es rico (al menos lo que probamos),y al menos lo que pedimos era tal cuál como lo preparaban las familias alemanas de antes: el Pato con puré de papas, puré de manzana y repollo morado cocido (Rotkohl), Cerdo Ahumado con puré picante, pan casero y el mejor, insisto, el mejor Strudel de Manzana con murta de mi vida y he comido strudel desde chica preparados por tías, abuelas, mamás de amigas, etc. todas de tradición alemana y su equivalente buena mano.
Es un lugar especial, que deja un recuerdo muy lindo más allá de la comida que es espectacular. Si va a Chonchi o camino a Quellón e incluso si está en Castro o alguno de sus alrededores vale la pena el desvío, por la comida, por la atención, por la vista, por todo.
Cuesta encontrar la entrada. Está justo justo pasando el colegio de Huillinco. Hay un letrero en madera no muy grande que lo anuncia.