Besos e Abrazos
Ayer fuimos a comer a este restaurant que la verdad, no tenía idea que existía (Padre Hurtado, frente al Ichi-Ban).
Llegamos tipo 21:30, y tenían todo reservado, aunque habían muchas mesas vacias. Finalmente, nos pasaron una mesa de una reserva que no llegó en el segundo piso fumadores.Estéticamente, es un tanto frío y se siente que intentaron hacer algo moderno y minimalista, pero debo decir que no les resultó, se cayeron en detalles bastante obvios para mi gusto. Nos llevaron la carta (que por lo demás es bastante extensa), y para mí continuaron las incoherencias entre el concepto y el look del restaurant (la tapa de la carta lleva un dibujo tipo Sarah Kay ¿?). En medio de todo este proceso la administradora, el dueño y la anfitriona, discutían a viva voz que hacer con las mesas, y la gente que esperaba, los que se bajaron, que si ponían o no pan en las mesas etc,etc. Un desorden TOTAL!!!!
Llegó el garzón para tomar el pedido (y aún no nos habían montado la mesa) y ordenamos una antipasto del mar, más 1 pisco sour y 1 cerveza. El pisco sour debo decir que estaba muy bueno, pero cuando llegó el plato lo primero que me llamó la atención, fue que venía una mini fuente improvisada en papel alusa foil, con un menjunje de choritos, camarones, machas y ostiones en una especie de salsa de tomate (¿?) la verdad, dejaba harto que desear el plato, que bien preparado y presentado podría haber sido una delicia, pero nada de eso sucedió, las patas de jaiba venían frías (eran adobadas en salsa caliente), el menjunje en fuente de alusa, estaba igualmente tibio y sin ninguna gracia, y lo demás, nada para recordar. Como el plato era grande, pedimos unos ñoquis "al piano forte" que consite en ñoquis blancos y negros, con salsa de salmón y pistachos, sonaba bien, pero ahi quedamos nuevamente: los ñoquis aceptables, la salsa nada del otro mundo y los pistachos parecían añejos. A todo esto, la atención pésima, todo nuestro pedido salió tarde, largas esperas entre cada cosa que pedíamos, etc.
Postre: pedimos una degustación de 3 postres; pie de limón que no tenía gusto a limón, y el merengue era una cosa dura con muuuuucha canela, Panna cota que estaba muuuy blanda y la salsa de berries ácida y por último una Créme Brûlée no muy cuajada y desabrida, digna de comida de clínica.
Nos llevaron la cuenta porque estaban por cerrar (imagínense cuanto de demoraron en traernos todo jajajajaj) y le preguntamos al garzón si tenían red compra y el tipo contesta: "si poh de ahi bajai" jajajajaj plop!!! y como gran broche de oro, terminé mal del estómago (chan chan)
Bueno, para que les digo que no voy nunca más y que no lo recomiendo bajo ninguna circunstancia, claramente falta dedicación y conocimiento del negocio, no le veo mucho futuro.....