Restaurante peruano AYAR UCHU un desastre
Es una lata tener que comentar algo negativo de un restaurante, pero en este caso los dueños y administradores de ese restaurante están echando a perder el prestigio merecidamente obtenido por otros restaurantes de comida peruana.
El Día de la Madre ,el 11 de Mayo recién pasado,con anticipación tomé una reserva para almorzar con mi esposa e hijos en ese lugar ,ubicado en calle Salvador Izquierdo ,frente a la Plaza Chile Perú,en el corazón gastronómico de La Reina y a sabiendas que aún no cuentan con patente de alcoholes, lo cual no nos permitiría brindar con los consabidos Pisco Sour y vinos.Pero la impronta física del restaurante y el hecho de que siempre es bueno apoyar a los emprendimientos cuando comienzan,nos hicieron decidirnos por él.
Sabido es que ese día es muy difícil encontrar mesas en la mayoría de los restaurantes por lo cual es necesario asegurar con anticipación un lugar donde compartir en familia ya que de no ser así se corre el riesgo de no poder almorzar casi en ninguna parte por la demanda de ese día.
Fuimos de los primeros en llegar y a pesar de haber hecho la reserva en forma personal y estando ya sentados,y con el pedido hecho y las bebidas servidas,en dos oportunidades en menos de diez minutos el maitre vino a preguntar si habíamos reservado la mesa donde estábamos.Lo triste es que él mismo,de su puño y letra había tomado la reserva esa mañana.
Durante unos veinte minutos estuvimos esperando que se acercara un garzón a atendernos y cuando lo hizo trajo sólo tres cartas (confeccionadas en una hoja de papel corriente sin carpeta ni nada) a pesar que éramos cuatro comensales . Como disculpa dijo que se habían acabado.
Lo único que ofreció para beber fueron sólo tres tipos de jugo de pulpa y bebidas gaseosas.
A los siguientes quince minutos trajeron pan y cuando en los próximos quince ya habíamos consumido este, traen un pequeño pote con una salsa y otro con mantequilla.
Ya llevabamos casi una hora esperando,y la mayor parte de el restaurante (lleno de bote a bote)también. Muchos clientes comenzaban a levantarse para reclamar.
Cuando se completaron DOS HORAS Y VEINTE MINUTOS de espera por nuestro pedido y habiendo tenido mucho más paciencia que otros clientes que se retiraron indignados antes(vimos también devolver varios platos)decidimos irnos, dejando a medio consumir las bebidas.
En ese momento,el garzón nos detuvo en la puerta junto al administrador diciendo que debíamos pagar el pan consumido y las bebidas.
Me negué rotundamente a hacerlo dado que no las habíamos consumido en forma completa (apenas un tercio) así que le ofrecí pagar lo proporcional ya que no habíamos pasado casi tres horas ahí para consumir bebidas y pan, sino que a celebrar con un buen almuerzo el día de la Madre y que era responsabilidad de ellos el no haber brindado el servicio.
El garzón y el maitre insistían majaderamente en que debíamos pagar el total lo que habíamos pedido.
Luego llegó un joven de rasgos orientales que con un ademán le dijo al garzón que dejara las cosas así.
Cero criterio,cero empatía,cero compensación y la frustración de la celebración de un día importante en lo familiar.
Ese día había más de 250 personas en el restaurante y me atrevo a asegurar que el 90% pasó un mal rato y vió frustrada esa importante celebración.