Otro listado de deliverys de restaurantes
Mucho se ha escrito de la pandemia, de lo cansados que estamos, de las cuarentenas, toques de queda, de la forzosa reinvención de algunos restaurantes, y el cierre de otros que no lo lograron. Algunos abrazaron el cambio, y miraron a lo ojos al famoso virus, otros quisieron hacer como que no existía, se taparon los ojos y los oídos con la ilusión de que "la pelá" no los viera y pasara por el lado. No fue así, y no lo va a ser por un largo tiempo.
Este es un pequeño y personal listado de algunas experiencias memorables de delivery, el orden solo tiene que ver con cómo fueron apareciendo en nuestra mesa:
RISHTEDAR
El primer Rishtedar estaba (y sigue estando) en la primera cuadra de Holanda desde Providencia, el primero en salir a disputarle el reinado al Majestiic, como el mejor restaurant de comida india de Santiago. Luego vinieron los locales de Vitacura, y recientemente el de La Reina. Desde un principio tuvieron delivery, y a todos lados de Santiago, y cuando digo desde el principio no me refiero a la pandemia, sino que desde cuando partieron. Todo un lujo, para que los que nos encanta la comida india. La carta no es algo que se haya movido mucho desde que partieron, pero hay harto donde elegir: cordero, pollo, vegetariana, quesos, samosas, arroz basmati, naans, esos maravillosos panes indios para untar las salsas, un buen horno tandoor para hacer varias preparaciones. Ya tenían experiencia en delivery antes que llegara la pandemia, por lo que todo anda bastante bien: todo ordenado, llegan a la hora, una linda caja. Recomendable siemrpe.
BACO
Hemos pedido varias veces, para celebrar algo, o porque sí no mas. La gracia es que se supieron adaptar desde el principio de la pandemia de forma rápida e impecable a la nueva realidad. Platos de greda o tupper de vidrio sellados, para mantener la comida como debe ser. Nuestros favoritos para partir: las médulas, y uno de los mejores steak tartar de Santiago, quiche lorraine, de puerro, ensalada de salmón como entrada, de fondo confit de pato, boeuf bourguignon, cossoulet, o esas maravillosas lentejas. Además, puedes pedir de los productos que se sirven en el restaurant y botellas de la carta de vinos, también de los tragos que se sirven en la barra, por ejemplo, un excelente pisco sour, de los mejores de Santiago segun mi humilde opinión, o los quesos franceses, aliños, baguettes, muslos de confit de pato sellado al vacío con toda su grasa, para cocinarlos en tu casa, y una de las maravillas que tienen escondida: la caja de desayuno!, realmente vale la pena, es un antes y después de tomar desayuno con lo que trae esa caja. Lo otro destacable es lo puntual que son las entregas, uno les dice a las 20:30, y llegan a las 20:30.
SARITA COLONIA
Si hay algo que el Sarita sabe hacer es ponerle creatividad a las cosas que hacen, y eso lo trasladaron al delivery. Primero y no menor, todo es parte de la experiencia, te llega una caja negra, preciosa, con la santa mirandote a los ojos desde uno de los costados, cada uno de lo platos de cartón vienen decorados con stickers y dibujitos. Todo muy ordenado, y en la posicion correcta para que no se derrame o se de vuelta, toda una hazaña del que acomoda los platos, que de seguro es un experto en Yenga. Y la comida, que decir de la comida, deliciosa, dando giros creativos a la cocina peruana, cosa que en Chile es algo escaso, ya que la comida peruana es tan parecida en todos los restaurantes. Hay que partir sí o sí, con las masas fritas: empanadas de picante de mariscos, o carne mechada, tequeños de lomo saltado, o rollitos primavera con algun relleno de la cocina peruana, después seguir con una causa de pulpo al olivo, o los locos con mayo de aji amarillo y papas al panko haciendo un guiño a la cocina chilena (locos con papas mayo), uno de mis favoritos los ñoquis con salsa a la huancaína y merluza con salsa BBQ coreana... impresionante!.
RIVOLI
No se como no se me había ocurrido pedir antes al Rivoli, no demoramos mucho en hacerlo, mala cosa. Al igual que el Baco, su vecino, con tu pedido de comida puedes pedir productos de la Bottega: foccacia, panes, mozarellas, burratas, aceite, no pregunté pero supongo que tambien las masas rellenas congeladas. Esta primera vez que pedimos, partimos con el carpaccio de salmon y pulpo, una de esas maravillosas mozarrellas que hace Massimo con ensalada verde y tomates cherry. De segundo, unos raviolis trufa ricotta con crema de parmesano, otros raviolis relleno con confit de pato con ragú, y unos fettuccine con una salsa hecha con cola de buey. Impecable, como se come en el Rivoli. Mi favorito, los raviolis de pato, puro sabor concentrado en esos raviolis grandotes y delicados, suaves y sabrosos. Aún me queda por probar el osobuco, las albondigas, el pescado del día, y los famosísimos paccheri con erizos.
Es una lástima que no todos los restaurantes estan repartiendo a todo Santiago, esta era una oportunidad de democratizar la buena mesa, y muchos no lo entendieron así. Se atrincheraron en lo que conocían: algunos sectores de la Zona Oriente, y no aprovecharon esta oportunidad para expander su sabor y lo que saben hacer mas allá de sus narices. Miopia, quizás; falta de visión, lo mas probable; flojera, puede ser; no salir de su zona de confort, definitivamente.