Gusto Vietnam

Para mi generación toda alusión a Vietnam está marcada por películas de Guerra: Apocalypse Now, con segun yo, la mejor interpretación de Marlon Brando, Pelotón, Rambo, una que actuaba Michael J. Fox que no puedo acordarme como se llamaba, y que fue bien famosa en los 80´s, o series de televisión como Misión del Deber, que partía con Paint it Black de los Rolling Stones. Esa canción se me quedó pegada en la cabeza para siempre gracias a esa serie.

Todo ese bombardeo propagandístico ochentero de finales de la Guerra Fría, hablaba de un pueblo agresivo, pobre y comunista, sin un rostro que podamos identificar y alejado de la rica historia, tradiciones, e influencias que ha tenido el pueblo vietnamita. Esto se contrapone con los esfuerzos del Gobierno por ser cada vez un país más abierto. No por nada, a pesar de que ellos viven en un régimen socialista, Chile firmó un acuerdo de libre comercio el cual está vigente desde 2014, y por el cual el 75% de nuestros productos entran con arancel cero a Vietnam. Por otro lado, quien no tiene un amigo que no haya visitado el sudeste asiático, y te cuente maravillas de Vietnam. El sudeste asiático está de moda.

Que esto ocurra provoca que haya cada vez más gente que quiera conocer la cocina vietnamita, ya sea porque viajó a Vietnam y quiere volver a sentir sus sabores, porque lo hará prontamente, o porque le gusta explorar sabores diferentes.

Había pocos restaurantes vietnamitas en Santiago, dos o tres, no mas. Gusto Vietnam, se agrega a esta corta lista, con un local cuyas cocinas están al mando del ex-chef del Crowne Plaza de Hanoi, buena cosa.

Lo más conocido de la cocina vietnamita son los Nem y las sopas, como el Poh, un plato muy popular en Vietnam. Los Nem son rollos de masa de arroz, donde se envuelve carne de chancho, huevo, fideos, hongos, camarón, etc. Existen dos versiones, la fría ($7.500), que es quizás lo que hayas visto en algún lugar ya que la masa de arroz es semi transparente y puedes ver los ingredientes en su interior, y los calientes ($6.500), donde el nem se fríe, y queda parecido a un rollo primavera, pero con un sabor totalmente diferente. En la carta, que no es para nada pequeña, puedes encontrar sopas, platos donde el ingrediente principal son fideos, platos vegetarianos, otros con carne de vaca, pollo, o chancho, pescados o mariscos, panqueques rellenos (la colonización francesa no pasó en vano), ensaladas y arroces fritos, con diferentes ingredientes.

Partimos con unos Nem, fríos y fritos. Buena elección para partir. Seguimos con un Mi Xào Bò ($6.500), que es un plato de fideos de huevo salteados, con carne de vaca y verdura salteadas, con una hermosa presentación, y un aún mejor sabor. Además, era que no, probé la sopa Poh ($6.500), muy sabrosa y contundente.

Hay que decir, que las fotos y las explicaciones de los platos en la carta no le hacen justicia a lo que te llega a la mesa. Las descripciones hablan de ingredientes y no de sabores, y las fotos no muestran los bellos montajes, y las pequeñas esculturas comestibles que acompañan los platos. El lugar es simple, con decoración traída desde Vietnam, quizás un poco recargada para el gusto chileno, habrá que buscar su punto medio en el tiempo.

Hay harto que probar en la carta, por lo que bien vale la pena volver a visitarlo. Me encanta el arroz frito, y habrá que probar como es la versión vietnamita, además de los panqueques rellenos, y cómo tratan nuestros pescados y mariscos para hacer sus recetas. Me atrae explorar esta mezcla de influencias culinarias que tienen: vietnamita, china y francesa.