Flipando en el Lili Marleen
La primera vez que entre a este restaurant de comida alemana, fué en el 2005, con mis amigos Titae y Pato Riesco. Estabamos al frente, en el estudio de Gabriel Vigliensoni, asistiendo a la mezcla del disco de Angel Parra Trio, Playa Solitaria. Cruzamos y nos instalamos en la terraza, que en ese tiempo estaba abierta. Nos tomamos unas Erdinger y picamos unas salchichas estilo alemán. No teniamos mucho tiempo y la pasada fué ráuda. Nunca entre al interior de este lugar tan particular y único en su especie, pero me quedé con las ganas.
En este mes he ido un par de veces. He estado dentro, en sus salas llenas de fotografías de clientes y personajes ligados a la política y al sector castrense especialmente...la Cofradía Lily Marlen, como resaltan algunos letreros en sus muros. Además, de gorras, cascos, imágenes de soldados (héroes para algunos) y personajes históricos ligados a la milicia, también hay fotos de Pinochet, dentro y fuera del local, incluida la réplica con soldados de plomo de su funeral.....Fotos de sus ministros y gente ligada al regimen militar, reposan en sus paredes con historia...todas ellas mezcladas con fotos de mucha gente ligada a la Concertación....si, también. Todos juntos, pero no tanto; harta gente de pelo corto, conservadora; y otros como nosotros, no tanto....finalmente, todos movidos, en su mayoria, por la tradición culinaria impecable que sale de sus fogones.
Es el espacio para estos variopintos grupos de personas que disfrutan de su excelente gastronomía, donde se escuchan marchas de guerra y los clásicos compositores alemanes de siglos pasados. Si, tal cual. Nada de jazz, rock o pop, menos Arjona u otro de esos impresentables latinos. Acá es música alemana y punto.
No puedo dejar de recordar cuando nos obligaban a desfilar en el colegio al son de estas piezas de guerra, muertos de frio, con uniforme, cuadrandonos ante las autoridades provinciales y estando muchas horas parados en la Alameda del terruño curicano...y claro, acá en Lily Marlen se escuchan las mismas piezas que interpretaba la Banda de Guerra del Regimiento...el Orfeón y era algo como esto:
Es parte del sonido que se escucha en los salones de Lily Marlen.......es freak, si. Es distinto, si. Es escalofriante por momentos, si......Es bueno el servicio y la comida, si y mucho.
Su crudo debe estar entre los mejores que he probado, casi tan bueno como el Haussman de Valdivia, en textura y condimentación, y sobre todo, por ese notable pan negro que me parece que lo hacen ellos. Es de vicio.
Su Costillar Ahumado con Miel es adictivo, al igual que sus variadas Salchichas y Gordas de vacuno y Cerdo, por supuesto, en estilo alemán...si lo acompañas de Repollo Morado Agrio (Blaukraut), puedes llegar a gozar como niño.
En mi última visita me caí de espaldas...no con el antes mencionado crudo, sino que con el extraordinario Strudel de Manzana.
En mi vida probé uno mejor !!!!!!!!!!! Tibio, de hojarasca perfecta y suave, con manzanas caramelizadas y a punto, con leves toques de clavo de olor (creo) en su justa medida y con un azucarado realizado por una mano experta, la de la dueña, Jefa y Patrona de esa cocina. Nos repetimos el postre después de varios platos....fué imposible no hacerlo.
Los precios de carta fluctúan entre los $3.500 y los $8.500, dependiendo la elección.
Ya no volveré a Lily Marlen solo por su crudo; o por sus notables cervezas importadas; o por ese Blaukraut adictivo; o por ver a Gaby, la estupénda mesera hija de los dueños que atiende a la perfección con esa sonrisa celestial y ese encanto que tiene (ella lo sabe, claro).......lo haré también por este postre legendario, que haría al mismísimo Hitler volver a la tierra, solo para probarlo una y otra vez más. Aunque de ser así, me sentaría calladito en otra mesa.
Saludos !
Lily Marlen
Julio Prado 759, Providencia / Tel. 3416213