Renovado restaurant Bautista
Ubicados en pleno corazón gastronómico de Vitacura, “Bautista”, es un restorán de comida mediterránea cuya característica es que potencian, fidelizan el sabor de los productos locales. Una empresa familiar que se llevó a cabo luego de muchos años de haberla soñado. Pero ¿cómo surge esta idea? ¿qué tan difícil es tener un restorán? ¿cómo fue el sueño de estas 3 mujeres de lograr este negocio gastronómico?
Son las 10.30 de la mañana y ya está todo listo para comenzar un nuevo día de trabajo. “Las cosas en el restorán parten muy temprano”, asegura Manuela Balada, periodista de 25 años; una de las dueñas del local. “La idea surge luego de haber pasado mucho tiempo queriendo que mi mamá, mi hermana y yo nos pudiéramos dedicar a algo juntas donde todas pudiéramos aportar con nuestros talentos”. Desde que abrió el restorán a principios del 2014, no han parado, cambios en el menú, la terraza, la decoración, y la galería de arte; así es, ya que este lugar en su segundo piso, cuenta con una galería que expone cuadros de diversos artistas chilenos y en la cual se pueden comprar contactando a Macarena
Álvarez, la encargada de la “Galería Bautista”, a este correo: macarena@bautistagourmet.cl.
Además Manuela durante el último tiempo se ha metido en la cocina, ella misma ayuda en la preparación de los platos ya que considera que es importante que el dueño de un lugar haga de todo, porque dice que esa es la única manera de aprender de todo y así saber qué es lo que hace cada persona.
Por otro lado está Claudia Achurra, ella es la “matriarca”, quien está pendiente de TODO, “desde el detalle de la decoración, hasta la puerta que hay que arreglar o la lámpara que se quemó”. Para ella este negocio es un sueño que tuvo por mucho tiempo y que hoy en día se cumple, por lo que cuida cada aspecto, por muy mínimo que sea del restorán. Finalmente está Macarena, ella es la artista de la familia, fotógrafa de profesión y actualmente encargada de la imagen corporativa y de la llamada “Galería Bautista” que les mencioné anteriormente. Ella es la que elige los artistas que exponen y que se potencie el área de el arte “es importante ver el arte como algo que llega a las emociones, es lo mismo que pasa con la comida, uno come y siente cosas. Al apreciar arte pasa lo mismo, que importante es entonces mezclar ambas cosas”. La idea de mezclar el arte surge como reacción a un Santiago en donde no se potencia el arte nacional y asegurando que al ver arte al momento de comer, es una especie de “arte terapia” que hace muy bien.
En cuanto a los tiempos que implica inaugurar un restorán, las tres aseguran que fue todo muy rápido, que prácticamente no se dieron cuenta y el restorán estaba ya funcionando. Pero no todo fue tan fácil, hubo y hay hasta la fecha muchas horas de trabajo, ya que hacer un restorán es mucho más de lo que se piensa, y claramente hay que olvidar el “horario de oficina”.
Para otro de los socios, Camilo Pino, desde que partieron “todo fue una locura”, él era amigo de la familia desde hace 18 años, veraneaban juntos y compartían muchas veces, y Camilo ha trabajado toda su vida en el área de restoranes, y fue en el momento en que estaba a cargo de cuatro restoranes cuando Macarena, le cuenta que su mamá quiere hacer un restorán. Ambos se reunieron y Camilo cuenta que le dijo a Claudia todo los pro y los grandes contras que implica un negocio como este, ya que no se puede descuidar nunca nada, “le puse todos los “peros” de poner un restorán, le quise bajar la idea, pero ella insistió”. A pesar de las advertencias, Claudia quiso seguir y darle con todo.
Lo primero fue comenzar a buscar un local, Claudia quería algo cercano a donde ella vivía y además que estuviera en un lugar donde se sepa que se come bien y de calidad. Fue entonces cuando después de mucho buscar, un día cuando ella y Manuela paseaban a los perros, miraron hacia la derecha en la calle Nueva Costanera y vieron un local donde se vendían artículos de cocina. Fue allí cuando se dieron cuenta que era el lugar perfecto. Rodeado de negocios, en un barrio tradicional gastronómico de Vitacura se decidió establecer “Bautista”.
Cuando ya tenían el lugar, lo complicado fue arreglar todo, fue casi un año en donde con rechazos de propuestas de arquitectos, cambios en lo que se iba a ser, cambios de infraestructura, se fue poco a poco formando el restorán que es hoy en día. “Era todo un tema con los estacionamientos, sacar los permisos, cambiar la cocina, tuvimos que pedir hacer la terraza, todo fue de un día para otro pero finalmente logramos lo que quisimos”, asegura Camilo.
Cuando ya estaba todo listo llegó el empezar a pensar en los plantos que se ofrecerían en Bautista. Allí todos concuerdan que Cristóbal Barrera, el actual chef “nos vino a salvar”, esto debido a que al poco andar del restorán en donde habían probado con otro chef, el resultado de lo que se quería expresar con los platos no estaba siendo el esperado. “En el fondo no lograba reflejarse lo que queríamos mostrar nosotros con la comida”. Ahí Cristóbal que tiene 26 años, actitud, y creatividad, logró encauzar y reflejar la idea que Claudia, Manuela y Macarena quisieron desde un comienzo; que es comida mediterránea que potencia, os sabores locales, la fidelización con la comida de la zona. Por ejemplo acá no trabajan con productos congelados, por lo que todo siempre está fresco. Es por eso por ejemplo que la semana pasada tuvieron erizos, los prepararon y se ofrecieron, “siempre buscamos que las personas sepan que se pueden sorprender con lo que les ofrecemos, el comer es una experiencia, no es un trámite”, asegura Claudia.
En el lugar los imperdibles son los pescados y las carnes, además las pastas son realmente exquisitas. Pero uno de los platos que destaca es el asado de tira con puré ahumado, una carne que lleva 50 horas de cocción cuyo sabor y textura se hacen irresistibles para el paladar. Además todos los nombres de los jugos tienen alguna historia familiar, por ejemplo la limonada “Achurra”, que es en honor a la familia “Achurra”, apellido que llevan las dueñas del restorán, lleva limón de pica, albahaca y jengibre, por otro lado está el “Travis” que es un jugo de piña, maracuyá y leche de coco, es en honor a uno de los perritos de Claudia. Pero el origen de vincular la comida con la familia es de mucho más tiempo. Al ser una familia de puras mujeres, Macarena recuerda a su abuela como la que les enseñó la importancia y lo que implica la comida en un hogar. “La ´Nini´, siempre tenía una gran demanda de comida, esto por que a mi abuelo le encantaba hacer celebraciones, juntas o “tertulias” como le decían ellos en la casa, por lo que la Nini siempre estaba ahí para dirigir todo”. Macarena además recuerda que su abuela hacía jalea de rosa mosqueta y muchas mermeladas, es por eso que cuando iba al campo a visitarla: “nadie podía preguntar ni meter la mano, solo mirando fuimos aprendiendo”. Y así fue como todas aprendieron.
En cuanto a la elección de platos, todos participan en esto, y las que más ponen la voz son Claudia y Manuela, ya que les gusta ir aportando y degustando diversos productos, también se hacen reuniones para escoger los nombres, y claramente ahí se va probando qué es lo que funciona y qué no.
A la hora de preguntarles qué esperan que sea Bautista en 5 años más, simplemente aseguran que esperan que los que vengan al restorán se sientan como en su casa, en donde sean saludados y se sientan a gusto con la atención y lo que pidieron para comer.
Finalmente trabajar en familia nunca es una tarea fácil, es por eso que las discusiones siempre surgen, pero no hay ningún plato de comida que no solucione un “trago amargo”.